Supervivencia de la especie
26 Nov 2009 por Isi
Hubo un tiempo, hace miles de millones de años, en el que la población no tenía acceso a internet; ni siquiera existía, no estábamos conectados unos con otros a través de una rel global. Yo no recuerdo aquella época.
¿Qué haría yo sin internet? Es lo que me preguntaba hace unos días cuando miraba y remiraba mi quilada de calabaza. Porque no sólo me serví de las nuevas tecnologías para conocer nuevas maneras de cocinar, sino que fue clave también en la obtención de los ingredientes hasta entonces desconocidos, mediante la búsqueda de imágenes en nuestro querido google. ¿Qué hubiera hecho de no haber estado conectada con el planeta a través de mi ordenador? La respuesta es: puré de calabaza, sin duda alguna; me hubiera perdido el disfrute de mi bizcocho fosforito durante toda una semana.
Esto mismo me sucedió cuando leí el último párrafo de Hombre lento y no hacía más que preguntarme qué pintaba cierto personaje (Elisabeth Costello) en la novela, pues aparece de una manera un tanto extraña. Directa al ordenador: esta mujer es un personaje recurrente en la obra de Coetzee, apareciendo sin venir a cuento en otras novelas, y siendo protagonista absoluta de una de ellas. ¿A qué conclusión hubiera llegado sin internet? Pues sinceramente, pensé que Elisabeth Costello era una escritora real, y con esa idea me hubiera quedado.
Conversación imaginaria en una librería o en la biblioteca:
Isi: quiero un libro de Elisabeth Costello.
Amable persona: querrá Ud. decir que quiere el libro de Elisabeth Costello.
Isi: Ahh pero, ¿sólo ha escrito uno?
Amable persona: (lo que hay que aguantar) Sí, sólo se ha escrito uno sobre ella.
Isi: Bueno, pues si es una biografía paso; es que yo pensaba que era una novela.
Amable persona: (la ignorancia no tiene límites)… .
Sin internet mis lecturas se hubieran basado en los títulos de los escaparates de las librerías más alguna recomendación de alguien… Ahora conozco infinitamente más autores que, aunque no haya leído, sé que están ahí esperándome por si llega la ocasión.
Y profundizando más en esta relación internauta en lo referente a la literatura, hay un interrogante de especial importancia: ¿Cómo hubiera comenzado mi madre su idilio con Stefan Zweig? Si yo no lo hubiera conocido a través de Teresa y reseñado también en mi blog, ella jamás hubiera ido a la biblioteca en pos de Carta de una desconocida. Ay amigos, imaginad a mi pobre madre condenada a reencarnarse miles de veces, incompleta su vida sin Zweig, vagando infinitamente por esta Tierra en su busca, sin saber siquiera qué es lo que ansía encontrar… Esto hubiera sido terrible, sin duda.
Estoy totalmente de acuerdo contigo¿como hemos podido vivir sin cosas tan necesarias e imprescindibles como Internet?. En un estado precario, lo que ocurre es que no lo sabíamos.
La red es una fuente inagotable de sabiduría a nuestro alcance.
Besos.
Yo en realidad iba a comentar algo sobre lo que has escrito, pero luego he visto al gato y se me han fundido momentáneamente las neuronas (es taaaan monooo) ¿Es el tuyo?
Ascen: yo no sé cómo era posible que no existieran ni los ordenadores!! jijiji
Finduilas: pues no es mi gato, saqué la foto de internet, y ahora que lo pienso no he puesto de dónde era (ni me acuerdo, vamos). Si yo intentara sacar una foto así, seguramente enfocaría lo que no tendría que enfocar, como por ejemplo la tecla F2, seguramente y entonces no veríamos al gato 😉 La verdad es que está supermono.
Pues sí, pues sí… se ve todo muy lejano, cuando había que consultar en la enciclopedia. Los lotes de buscar en índices de revistas científicas que me he dado… aunque esto hay que seguir haciéndolo con los números antiguos, que no están digitalizados.
Yo ya no me acuerdo de antes de la era internet. Ni casi de antes de que mis niños existieran. El hombre es un animal de costumbres.
El gato monísimo.
Si algo agradezco a internet, es la capacidad que tiene de ponernos al día en cualquier materia. A mi se me pasan las horas buscando títulos, opiniones, leyendos vuestros blogs, escribiendo en el mío, pero imagino que lo mismo le ocurre a los que disfruten de cualquier otra afición.
Y si algo no le agradezco es que las horas se me pasan volando y a veces me olvido de lo que iba a busca porque una página siempre me lleva a otra. Ah! y evidentemente soy infinitamente más pobre porque compro muchos más libros gracias a esa facilidad para estar al día.
Soy una mujer sin rumbo cuando me pongo ante el ordenador. Tengo que intentar plantearmelo como un horario de oficina para que no me robe el resto de las horas del día.
Un beso
Inma: menuda pérdida de tiempo lo de las enciclopedias!! sí que nos acostumbramos a lo bueno y a lo rápido, y ahora costaría volver atrás. Yo me imagino que no hay emoticones y me dan ganas de llorar 😉
Mertxe: a mí también se me pasa el tiempo buscando cosillas, y unas cosillas te llevan a otras y así sucesivamente; y empiezo mirando las noticias y acabo mirando recetas… En fin.
Pero las aficiones no tienen horario de oficina 😉
Yo SÍ me acuerdo de cuando no había interné y los ordenadores era unas máquinas enormes (como habitaciones, que dicen muchos) que salían en películas que se pretendían modernas.
Efectivamente, se consultaba mucho más la enciclopedia, y preguntabas más a los conocidos.
Me ha encantado lo de tu madre, teniendo que reencarnarse porque no había encontrado a su amor: genial, Isi.
Y me apunto la frase de Bookworm: “Soy una mujer sin rumbo cuando me pongo ante el ordenador”
pd. El gato, monísimo
Vaya memoria histórica que tienes Loque! Lo de mi madre hubiera sido una pena, ¿verdad? pobrecina, me la imagino y es que me da algo 😉
La frase que te tienes que apuntar es “Soy una mujer de incontestable belleza sin rumbo…” Bueno, apunta lo que quieras.
La verdad es que a mi también me cuesta acordarme de la época en que no teniamos internet. Y eso que fue no hace mucho.
¿Como sería mi vida? Francamente, no lo sé.
ufff, sería muy diferente… Mis marcapáginas seguirían acumulados en una carpeta y tendría muchos menos, gastaría mucho dinero en psicoanálisis, me hubiesen costado más algunos viajes, tendría otros libros diferentes… Sí, se me hace muy difícil imaginarme sin Internet
Tienes mucha razón gracias a este blog he conocido muchos autores interesates, te felicito por el aporte que le das a todos los que nos gusta la lectura.
Llegué aquí porque me cansé de recorrer las librerías, que acá son pocas y no saber qué comprar. Ahora tengo varios ejemplares en la mira. Siga adelante y esto es lo bonito del Internet que nos permite tener acceso a tanta información valiosa.
Pues yo me acuerdo perfectamente de la epoca en que no tenia internet, y ademas te aseguro que era algo que no me llamaba la atención para nada, incluso me acorde de todos los parientes del señor del inem que me obligo a hacer un curso de redes alla por el año 2000 creo con mi niño pequeño y sobre una cosa que no me apetecia y a la que no le saque provecho hasta hace cuatro años, en que por asuntos de trabajo me tuve que manejar con la red y una cosa lleva a la otra y ahora buff no quiero ni pensar en no tener conexión de hecho en verano que no tengo en casa y tengo que usar la de mi hermana estoy de los nervios. En cuanto a las recetas de calabaza supongo que hubieras llamado a tu madre, a tu tia y a gente de la familia para que te echara un cable, o hubieras consultado libros de cocina en casa mama… en fin que ya forma parte de la familia pero hace no mucho desde luego no lo habia ni en una de cada diez casas
Uff yo si he ido a la biblioteca muchas veces. En mi casa no habian enciclopedias ni nada de eso. Recuerdo los ficheros, me gustaba estar chismeandolos por horas, segun yo los leeria todos. Lo malo que la biblioteca quedaba en la calle donde se hacian la huelgas masivas y siempre se llenaba de humo o comenzaba a llorar por las bombas lacrimogenas uufff buenos tiempos jajaja.
Asi que antes de preguntar hubieras ido al fichero y hubieras escogido mas de lo que podias leer.
Hilario: es que ahora lo necesitamos, no sabríamos qué hacer sin nuestro ordenador…
Fernando (y Tila): es verdad, todo sería diferente, desde nuestras lecturas hasta nuestras aficiones… ¡¡y la psicoterapia por internet es lo mejor!!
Jacqueline: muchas gracias por tus palabras, pero hay infinidad de blogs sobre literatura y yo también me nutro de los demás y así conozco nuevas lecturas. Además me ha ayudado a ver lo bien surtida que está la biblioteca de mi cuidad, pues tienen un montón de libros (y de los actuales, no te creas) de los que reseñan en internet.
Carmina: jijijiji así que fue por obligación tu primer contacto con la red… así es como menos se disfrutan las cosas, pero mira ahora, que lo utilizamos (voluntariamente) para casi todo.
Lo de la calabaza hubiera sido así, o en puré 😉 La verdad es que los libros de cocina (y enciclopedias de cocina también) no me gustaban nada de nada, y tengo un par en casa que ni siquiera tienen fotos! Además muchas veces te ponían unos ingredientes que no sabía si eran de otro planeta, porque yo no los había visto en mi vida. Está claro que algo hubiera hecho, pero fijo que la tarta no.
Deborah: fíjate que antes de contestarte he estado mirando tu perfil para saber en qué país vives, porque me has dejado a cuadros 🙂 Madre mía!! Si lo tuyo era despedirte de todos tus familiares y amigos antes de ir a la biblioteca, porque menudo peligro!! Y es verdad, lo de traer más de lo que podemos leer sí que lo he hecho, sobre todo con libros de la facultad; ahora es una suerte poder ir más al grano, porque sabes lo que te vas a encontrar en cada libro.
Un saludo a todos y que empecéis el viernes con buen pie 😀
Lo peor es cuando sufres síndrome de abstinencia xDDD
Mi novio pasa 8 horas picando código y con internet en el trabajo y cuando llega a casa si no le dejo el PC se va a un rincón con la blackberry como quien no ha podido consultar el email en todo el día xDDDDDDDDD
Personalmente lo más peligroso que he encontrado en el último año es esta red bibliófila que no hace sino abarrotar mis estanterías y alargar mi lista de pendientes. Y peor aún, me encanta ^_^
¡¡Madre mía!!!, qué haríamos sin esto, yo no podría conectarme con todos vosotros, ¡¡¡dios mío2222, sería impensable.
Pero yo si me acuerdo, yo también empecé a meterme, pero no a Internet, sino a aprender como se trabajaba en un ordenador. Yo salía de trabajar, iba a casa a cenar con los chicos y ver sus deberes y esas cosas de una mamá con cuaro hijos jejeje. y me iba a casa de una amiga periodista, amiga del alma y nos poníamos las dos, con una pequeña guía, hasta las tantas de la noche para poder escribir con un programa, que ahora que lo pienso era terrorífico.
Y esto que parece que hablo de la prehistoria, corría el año 1995 más o menos. Tremendo.
Qé haríamos sin comentar estas cosas?
Teresa
Pues yo también pertenezco a la Edad Antigua, específicamente la Era Pre-internetniana, cuando estando yo en la Universidad, con unos ordenadores de marca NEC, tenía que aprender Fortran, un lenguaje de computadoras y hacer mis propios programas, de eso hace millones de años y estoy super feliz de haber llegado a ésta época, de veras, en que tantas personas podemos leernos desde diversas partes del mundo, como si estuvieramos de vecinas, somos vecinas internautas, virtuales, pero vecinas al fin. Qué bueno que te conozco gracias a eso y puedo comentar en éste, tu simpático post.
Jejeje, yo soy un informático muy raro, y es que aunque le veo las innegables ventajas a la red de redes (una de mis mayores alegrías en los últimos tiempos ha sido descubriros a todos vosotros gracias a los blogs), lo cierto es que no suelo tener ese “mono” cuando me desengancho, aunque sea durante días. Eso sí, echo de menos leeros, y me daría igual el formato y la manera; cuando vuelvo y me encuentro con todas vuestras entradas me digo: “me encantaría que, al menos, el Papyre tuviera alguna forma de sincronizarse con vuestros escritos”.
El acceso a la información es la gran ventaja de Internet. Entre sus desventajas, el exceso de información (algo que exige capacidad crítica para discriminar lo bueno de la paja, lo que tampoco es tan malo, ciertamente), y la facilidad de uso (si fuera profesor, validaría cada frase de mis alumnos para ver que no han hecho un Cut&Paste(TM) de algún lugar de Internet. 🙂
En fin, de cualquier modo, el balance es positivo, ¿verdad? 🙂
Un abrazote.
¿Qué haría sin internet? (ayyyyyyyyy pero que precioso gatito…)
pues nada, que no sería vicepresidenta del club “NO DOY ABASTO” eso, así de claro. Porque internet me tiene aquí pegada en vez de estar preparando el desayuno de mis hijos.
Y antes de que otra cosa suceda, vuelvo a ello (al desayuno).
Que internet es adictivo, pero da muchas cosas buenas. Mi relación con él es casi de novata (yo también recuerdo esos ordenadores del tamaño de una recámara y que además zumbaban como colmena de abejas…soy del siglo pasado pues); y la computadora hasta hace 4 años para mí era como una máquina de escribir chistosa porque ¡no veías el papel!.
como no estoy casada con un ingeniero…jajaja…ni mi charro negro ni yo manejábamos la computadora, sólo estaba en casa por los niños…
vuelvo después, que también lo de la reencarnación materna da para seguir platicando 😉
besitos,
Ale.
Elwen: yo también tengo el síndrome de abstinencia, tanto para leeros como para escribir yo en el blog. Y pienso ¡¡nooo!! cuántas entradas de los blogs me habré perdido?? Y bueno, por supuesto lo que se cuece en los coments… Aunque lo de tu novio es un pelín excesivo, no? Por cierto, me acuerdo que de más pequeñas a mis primas y a mí nos decían que si pasábamos muchas horas delante de la tele y del ordenador, se nos iba a quedar la cabeza cuadrada (no sé por qué narices me acuerdo de esto ahora).
Y sí, lo peor es que me gusta ¡¡ahhhhhh!!
La verdad Teresa, que los que no “nacísteis” con el ordenador en las manos, teneis mucho mérito, porque ponerse de repente a aprender toooodas estas cosas, a mí me podría dar un patatús. Y sí, la verdad es que a mí también me encanta haberos conocido por vuestros blogs y disfrutar de la compañía cibernética 😀
Estodevivir: reconozco que esas cosas técnicas que nos has contado me suenan a chino. Y sí que es verdad que es una gozada que vivamos al otro lado del planeta y estemos aquí tranquilamente hablando de libros, o de lo que nos apetezca. Lo malo es que no podemos pasarnos el azúcar de puerta a puerta 😉
Homo libris: qué suerte de que no tengas mono 😀 ya nos dirás qué placebo te tomas jijijij. Te comprendo perfectamente cuando de sopetón has faltado y tienes por leer un montón de entradas, y por eso no me entra en la cabeza tu maléfica intención el día que publicaste 3 😀 😀
Es verdad lo que dices de “corta y pega”. Hay tantas cosas sobre cualquier tema que lo que ahora nos falta es tiempo para elegir lo que nos interesa (antes para encontrar lo que nos interesaba). Y sí, el balance es positivo; a mí me encanta preguntarme cualquier estupidez y poder saber la respuesta casi al instante.
Ale: tú y yo creo que tenemos el nivel similar: yo sólo uso el ordenador para cuatro cosinas, pero es que me encanta! Qué gracia lo de la máquina chistosa! 😀
Ahora me imagino que tenéis que poner horarios los niños y tú para utilizar el ordenador, jajaja y lo compraste “por los niños”. Pobrecines, dales de desayunar, o mejor ¡¡¡que aprendan a hacerlo ellos!!! 😉
Si vosotros sois del siglo pasado, yo ya no tengo siglo dónde ubicarme. Yo empecé a trabajar con 19 añitos y recuerdo que me sentaron en una mesa con un monitor delante, pero no un PC, no, un monitor conectado a un ordenador de esos que comentáis que ocupaban toda una habitación, con un aparato de aire acondicionado sólo para él y un técnico informático para atenderlo en exclusiva. Utilizaba bandas enrolladas en enormes discos para almacenar datos. En fin, de eso sólo hace treinta años. Pero estas tecnologías avanzan tan deprisa que nunca termino de aprender todo lo que me pueden ofrecer, pues cuando ya lo tengo casi-casi, los nuevos descubrimientos, los avances me dejan atrás. Y yo venga a correr para no perder el tren…
Adictivo, pero trabajoso. Aunque dicen que sarna con gusto no pica.
Un beso.
pues nada, que ya han desayunado los niños, ya los llevé a la escuela, ya he dado mi primera clase de yoga y ahora salgo a terminar unos pendientes, pero regreso para decir que me da harto gusto que la mamá de Isi no tenga que seguir en el ciclo de reencarnaciones ¡y todo gracias al internet! quien dijera que nos sacaría de la rueda del samsara 😀 😀 😉
Ascen: yo creía que esos ordenadores sólo salían en las pelis antiguas 😉 Ya podía tener yo un técnico en exclusiva para cada vez que el cacharro este se pone de huelga!!
Ale: imagínate, ya en esta vida ha alcanzado el nirvana y no necesita volver a lo terrenal 😀 Veo que ya estás recuperada (digo porque vuelves a trabajar) y no sabes cuánto me alegro.
Un beso chicas!
Ay de verdad, tenías examen y te pusiste a pensar en estas cosas con tal de no estudiar, verdad?? jijijiji
te lo digo desde el ciber-cariño, you know!! jejej
bizoux!!
Isma la verdad es que cuando me pongo a estudiar, se me pasan demasiadas cosas por la cabeza… Ayy ¡¡remordimientos!!
Isi, no nos hubieramos conocido sin internet!!!.
Tu buscando a la Costello, tu madre buscando a Zweig…, un remake de “Buscando a Susan desesperadamente” , y este club ni existiría, snif.
Es adictivo, sí !, genera ansiedad cuando no te da tiempo a leer y responder a todos los amigos, pero es muy gratificante, y estoy con Homo libris, hay que desenganchar , lo difícil es escaparse sin libros ¿no?
Por eso los Guisantes estamos siempre con una pierna en la puerta, y si podemos no llevamos ni móvil, o decimos que no hay cobertura…, aunque luego nos enganchamos a hacer fotos o a trepar para ver que se verá desde ahí arriba…., de cualquier forma ya siempre os llevamos con nosotros 😉
a lo mejor por eso les pesa tanto la mochila! 😉
Maribel: es verdad! Nuestra vida sería un caos sin internet 😉 Lo de desengancharse es complicado, pero claro, vosotros con tanto viaje, lo difícil será volver a engancharos a la vida de los mortales, no??
Bueno, Ale, yo voy a hacer dieta para ver si así les libero de un poco de peso… porque cuando lleguen los turrones los guisantitos van a tener lumbago 😀
Desde luego, el tema “internet” no da lugar, en este blog a posturas encontradas.
Internet, informática, nuevas tecnologías…..etc, etc… etc…
En mi caso, y teniendo que confeccionar por razón del trabajo escritos varios,viví otra época anterior a la que relata Ascen, la de la máquina de escribir (de esas que había que hacer previamente ejercicios de fortalecimiento de los dedos de la mano para tener seguridad de que al pulsar la tecla de la máquina hacia el fondo en todo su recorrido, se escribiera la letra deseada), el papel calco….., después las máquinas mas ligeras, luego las máquinas de escribir eléctricas, las electrónicas con un visor con una pequeña memoria,,,, etc, etc. etc….
En fin, que aquí está otra enganchada a todas estas geniales posiblidades que nos permite tanto los ordenadores como la red.
Y, desde luego, cierto, no me hubiera completado sin el descubrimiento y la profundización en ZWeig,,,,, y claro, y no que quedaría otra que reencarnación tras reencarnación… (¡qué pereza¡)…. aunque bien pensado…..si me retro-encarnase y apareciera así en Viena por el mil ochocientos ochenta y pico….. lo mismo le hubiera conocido y de ser así….seguro que sin duda me hubiera empapado de sus viviencias, pensamientos, sabiduría….. en fin que casi voy a dejarlo, que me estoy empezando a liar…
Vuelvo por aquí (porque ya había leído la entrada pero no contesté): precisamente el viernes hablabamos de lo que suponía internet para los “guajes”. La mayor parte de ellos no saben utilizar un diccionario y los trabajos los hacen mediante el “corta y pega” del que habla Homo Libris.
También yo soy “prehistórica”; me tocó hacer escritos e informes con máquina de escribir (eso sí, eléctrica) (qué horror, con lo maravilloso que es el procesador de textos; excepto cuando no salvaste el documento y te lo succiona la “nave nodriza”)
Sin Internet no podría buscar vuelos baratos para irme de viaje, no podría localizar información o buscar recetas de cocina y no habría surgido esta cibertertulia; tampoco hubiera fundado el club “no doy abasto” ni mi amiga Victoria hubiera encontrado en tu blog la receta de tarta de calabaza (que le quedó muy bien, por cierto)
Pero de vez en cuando, es bueno recordar que otro mundo es posible: sin internet, sin ordenador, sin teléfono movil…
Mami: me acuerdo de “esa” máquina de escribir que te hacía los dedos fuertes y musculosos 😀 También me acuerdo de la máquina de escribir regalo de mi comunión (qué desgracia) y del librito a juego “Aprenda mecanografía” (qué horror).
Ya sé de tu nueva afición de leerte tooooodos los blogs de cocina 😉 y además poner en práctica lo que lees!! Si es que así da gusto estar enganchada jijiji (yo este finde hice magdalenas de chocolate hummmm).
Lammermoor: también yo había leído algo sobre los problemas que tienen ahora los peques para aprender a escribir, porque claro, está en desuso la escritura tradicional 🙁 Y lo de los trabajos, pues imagínate, pero tampoco es “de ahora” porque me acuerdo que cuando andábamos apuradas para los trabajos del cole, lo copiábamos de los libros también. (pero muyyyy pocas veces, eh!).
Me encanta tu nuevo club, por cierto, y me alegro de que a una amiga tuya le sirviera mi blog para algo jajajaj. Por cierto, esta semana he tenido una búsqueda recurrente varios días: “receta de lasaña de calabaza con gulas y setas” ¿Sería Victoria??? 😀
Pues seguro que era ella; porque me comentó que estuvo buscando la receta de la lasaña sin encontrarla. Eso me recuerda que quedé en enviarsela. ¡Como ves , el blog de cocina tendría mucho éxito!
Dile que la receta está en los comentarios del final; lo escribió mi madre!
En Libros y Literatura hemos organizado un sorteo de libros y un concurso de reseñas literarias, en el que todo el que quiera puede participar. El premio para cada ganador es un lote de libros valorado en 249€. Tienes toda la información en http://www.librosyliteratura.es/libros-2009.html
Creemos que esta información puede ser útil para ti y para tus lectores, y te agradeceríamos que le dieras la mayor difusión posible.
Un cordial saludo,
Libros y Literatura
Un comentario en el fondo… espero que lo leas, jeje.
Me has hecho recordar, como a los otros, los tiempos de mi máquina de escribir… ¡Dios mío, qué manera de teclear! y aquellos en que trabajaba en una biblioteca y preparaba a mano un periodiquito literario para los niños…¡todavía los conservo! Creo que me has dado una idea, porque me resultan atractivos aún ahora en la era de internet… déjame pensar…
También pensé en cuando era niña y se usaba aquello de enviar postales para hacer amigos de todo el mundo… hummm este mundo va aprisa, ¿eh?
Un beso,
AD
Adela: ahora las postales cibernéticas viajan más rápido que cualquier otra cosa!! Qué gracia lo de los periódicos para niños escritos a máquina, sí que tenías los dedos fuertes, eh??
Me alegro de haberte dado una idea. Un besazo
Ana, yo también viví esa época, pues aunque usaba el ordenador, no habíamos abandonado aún la máquina de escribir. Y me preciaba de escribir rápido y bien (la más veloz a este lado del Mississippi). Me encantaba el sonido de las teclas, que cada una tenía el suyo particular, único y diferente, y cómo sin mirar, sólo por el sonido, sabías cuando habías dado a una tecla que no era la correcta.
(Parezco una abuela recordando estas cosas, pero es que casi-casi lo soy).
Sigo pensando hoy, que es muy importante saber escribir a máquina antes de aprender a escribir en un ordenador. Así lo hice con mis hijos y creo que ambos me lo agradecen. Y que conste que en mi familia somos todos bastante adictos al PC, Internet, email, messenger, tuenti… etc, etc. Pero siempre me queda un “sitito” para la nostalgia.
Un besote.
Vale Ascen, reconozco que le agradezco a mi padre que me enseñara a escribir a máquina, pero en aquel momento no se lo agradecí 😉 Yo aún no me he hecho adicta a facebook ni a tuenti (ni me he registrado), pero he de reconocer que me costó mucho abandonar el messenger. Ahora llevo meses sin abrir ese programa (¡bieeen!).
Hola Isi. Pues no solamente hubo un tiempo en que no había internet, hubo un tiempo en el que tampoco había teléfonos móviles, y en el sólo había dos cadenas de televisión (la normal y el UHF), y en blanco y negro. Y hubo una época anterior en la que ni siquiera había televisión, pero esa ya no la conocí yo. Las otras, sí. ¡Y viviamos, no sé cómo, pero vivíamos!
Qué pronto nos acostumbramos a lo bueno ¿verdad?. Yo también aprendí a escribir a máquina en una olivetti estudio 64 (que todavía conservo por ahí), con papel de calco, y el tippex a mano… y que conste que no soy viejo, ni mayor, ni nada de eso, es que la tecnología va muy deprisaaaa.
Un saludo
Un saludo.
jajajaj Jesús ¡¡esta tecnología!! ¿de verdad que no había móviles? 😉
Mira que lo de la tele no lo hubiera echado yo de menos, porque tengo 0 canales, pero qué invento esto del ordenador, ¿verdad? en comparación con las máquinas de escribir… y lo de internet ni te cuento!
Yo me pongo mala sólo de pensar mi vida sin el maravilloso internet que me vuelve loca con la ayuda de mi ordenador, quedándose colgados cuando les patece o borrando lo que se tercia. Ay Internet y yo, una relación amor-odio sin fin.
jajajja Eva, el problema es la conexión (ono, telefónica), que no nos dan lo que prometen y luego pasa lo que pasa. Lo mío con internet es amor-amor 😀
La vida sin internet puede ser muy dura, pero yo no tanto. La información la encontrábamos de igual modo. Está claro que no tenías tanto donde buscar, pero ir a una biblioteca a rebuscar datos o autores era una verdadera delicia. Ahora, con la vasta información de internet todavía lo habo. Rebusco en librerías y bibliotecas en lugar de en internet. Y es que erto que internet tiene mucha información, pero también es cierto que tiene demasiada y muchas veces poco fiable. Me ha ocurrido con amigos y compañeros, discutiendo una noticia o una opinión que te dicen en apoyo de su postura: lo he visto en internet. Y todo el mundo lo acepta como una verdad incuestionable. Algo parecido ocurríó durante años con la televisión, que si lo habías visto en la “tele” es que era cierto. En fin, que internet es “guay” y “chachi”, pero hay otras muchas cosas. Estoy seguro de que Zweig se le había presentado antes de descubrirlo en internet.
Para no extenderme más, una de miedo: “¿Y si de repente se nos acabara la tecnología digital y perdiéramos todos nuestros blogs, correos, archivos digitales, cuentas corrientes, trabajo, etc, etc, etc? ¿Nos damos cuenta de lo que dependemos de internet y del ordenador? ¿y si fallara de forma global?.
A mí me daría un soponcio: todas mis recetas, mi queridísimo blog, el estar al día porque no leo otros periódicos que no sean digitales, mis vídeos de Britney, tener que ir hasta la facultad para saber las notas… ayy no lo quiero pensar. Yo soy totalmente dependiente.
Lo de buscar en las enciclopedias de las bibliotecas es (era mejor dicho) un rollo y se tardaba muchísimo ahora te dan menos tiempo para hacer los trabajos, pero los puedes hacer más rápido 😉
Y las verdades incuestionables no existen. Sólo hay que fijarse en que las noticias nunca dicen exactamente lo mismo según dónde las leas… pues lo mismo con las cadenas de la tele, etc.
ANEXO CORREO Q NOS ENVIARON PARA Q LO ANALICEN
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Me impresiona gratamente la posibilidad que desde la tecnología se pueda conocer un enfoque casi teológico del mundo que nos precedió, es decir AC (antes del celular) y DC (después del celular)
Aquí va este relato para pensar…
El celular y la literatura.
Anoche le contaba a la Niña un cuento infantil muy famoso, Hansel y Gretel. En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice justo en ese punto: ‘No importa. Que lo llamen al papá por el móvil’.
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura si el teléfono móvil hubiera existido siempre. Cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer y qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.
Piense el lector ahora mismo, en una historia clásica.
Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. Un teléfono con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda. ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde
cualquier sitio, chatear, hacer videoconferencias y enviarse mensajes de texto?
Nooo, no funciona un carajo.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que Ulises regrese del combate y Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.
Un enorme porcentaje de las historias de veinte siglos atrás, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Existieron gracias a la ausencia de telefonía móvil.
Ninguna historia de amor hubiera sido trágica si los amantes hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica Romeo y Julieta, basa todo su dramatismo en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA, PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI HGAS IDIOTCES. BSO.OK ?
Y las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si hubiera existido la promoción ‘Banda ancha móvil’ de Movistar.
Muchas obras importantes hubieran tenido que cambiar el nombre por otros más adecuados. Por ejemplo la novela de García Márquez “Cien años de soledad” se llamaría ‘Cien años sin conexión’ y narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick pero a nadie le funciona el messenger (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmorni g).
La famosa novela de James M. Cain -‘El cartero llama dos veces’- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría ‘El gmail me duplica los correos entrantes’ y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.
En la obra ‘El jotapegé de Dorian Grey’, Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.
La bruja del clásico ‘Blancanieves’ no consultaría todas las noches al espejo sobre ‘quién es la mujer más bella del mundo’, porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90¤ la conexión y 0,60¤ el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
Todo el cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
La telefonía inalámbrica nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora? No. Le enviaremos un mensaje de texto. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador.
Nuestras tramas están perdiendo el brillo porque nos hemos convertido en héroes perezosos.
“La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”
La vida no es esperar que pase la tormenta sino aprender a bailar bajo la lluvia.
Esto es buenísimo!
He tenido que parar en algunos párrafos para partirme de la risa! El jotapegé de Dorian Grey, El gmail me duplica los correos… 😀 😀 De verdad que la mente pensante de todo esto debe ser una privilegiada del humor.
Y además todo es cierto ¿dónde estarían las historias con las que todos hemos aprendido? Voy a leerlo otra vez, que ha sido buenísimo!!
¡Hola!
Estaría bien que se citara la fuente del texto tan divertido que 1amigo ha colgado; el autor es el genial Hernán Casciari, cuyo blog me animó a empezar a escribir en Internet y que se puede visitar en http://orsai.es/
Hace tiempo que no lo actualiza, porque le han contratado en “El País” la “Cadena Ser” y el diario “La nación” de Argentina, pero hay algún post que es de lo mejor que he leído en Internet en toda mi vida.
Y no tengo nada que ver con él, así que espero que no os moleste que le haga publicidad, porque se la merece al 100% (como habéis podido leer en el texto anterior)
Pues en realidad es muy bueno el texto, pero sobre todo deberia hacernos reflexionar sobre lo que dice en clave de humor, tienen mucho sentido
Iván: gracias por citar la fuente, echaré un vistazo a la página, porque como todo se parezca a este escrito, merece la pena. Muchas gracias por la información!
Carmina: a mí también me ha parecido buenísimo. ¿te imaginas a Hansel y Gretel llamando a los padres por el móvil? madre mía…