Tres tazas de té, de Greg Mortenson y David Oliver Relin
14 Feb 2010 por Isi
La gracia de este libro es que es la historia real de Greg Mortenson, un hombre normal, como cualquiera de nosotros, que ha dedicado su vida a construir colegios para los niños de Pakistán y Afganistán. Al terminarlo y leer en la contraportada que este hombre ha sido candidato al Premio Nobel de la Paz el año pasado, uno se pregunta qué narices hay que hacer para recibir el Premio, porque Mortenson ha realizado una labor impresionante y Obama, que seguro tiene unas intenciones estupendas, todavía no ha hecho nada.
Greg Mortenson era enfermero y alpinista. Tras un intento fallido de escalar el K2 en Pakistán, se perdió y fue a parar a una aldea donde fue acogido y atendido y, antes de su marcha, prometió a las gentes de aquel lugar que volvería a construir una escuela para los niños y niñas, pues estudiaban a la intemperie escribiendo con palos en el barro.
Y ahí comienza una odisea para conseguir el dinero que permita la construcción de una escuela en el lugar más inhóspito del planeta. Mortenson no tiene grandes contactos, ni en Estados Unidos ni en Pakistán, pero consigue apañárselas dando conferencias y enviando cartas hasta que lo consigue. Y la escuela de aquella aldea (llamada Korphe) es la primera de muchas que este hombre consigue construir, seguro de que la educación es el primer paso para que estas gentes dejen de vivir en la pobreza y el abandono.
La organización de Mortenson (ahora forma parte del Central Asia Institute; no está solo) no sólo construye escuelas, sino que se encarga de que los profesores reciban un sueldo y de que los niños dispongan de libros y material escolar. Además, tras la guerra de Afganistán, incluso han construido canalizaciones para llevar agua potable a los campamentos de refugiados que, al parecer, son confinados en medio del desierto y olvidados.
Este libro nos intenta sobre todo hacernos ver que llegar a estos lugares no es tarea fácil; incluso antes del 11-S los extranjeros allí son mal vistos por ciertos sectores influyentes, y Mortenson ha lidiado con un montón de trabas que le surgen a cada momento. Lo que quiero decir es que no basta con llevar un montón de ladrillos y cemento y ponerse a construir edificios; es mucho más complejo.
Pero después de ver que una chica pakistaní de 17 años hay acabado el colegio con buenas notas, se plantee estudiar medicina y, con la ayuda de Alá, fundar un hospital en su pueblo, supongo que tu vida ha merecido la pena.
Una sola pega al libro y es que, aunque es la historia novelada de Mortenson, en algunas ocasiones peca de “noticia” y parece que estamos leyendo el periódico, con nombres de personajes influyentes que sólo aparecerán esa vez en toda la novela. Rastro, sin duda, de que en realidad la historia de Mortenson ha sido escrita por un periodista.
Sin ánimo de que nuestras blogueras periodistas se me lancen al cuello, ser periodista no siempre ni necesariamente significa que escriban bien. Dicho esto, el libro me parece interesantísimo y además toca un tema trascendental: lo de que ayudar es algo mucho más complejo y dificil que hacer una “gala benéfica de recaudación de donativos” o construir un edificio. Existen un montón de cosas alrededor. En el caso de las escuelas, profesores que puedan dar las clases, material escolar para los niños.Además eso no servirá de nada si no tienen otras necesidades cubiertas: alimentación, vestido, higiene.
En fin, me estoy desviando del tema. Desde que nos enseñaste aquella mochila que pensé que era un mandil, está incluido en mi plan infinito:
P.D: muy apropiado este corazón de Kitty para un día como el de hoy.
Lammermoor: lo mejor de este libro es, sin duda alguna, que todo es verdad, y que Greg Mortenson se dedica a que esos niños (y niñas, muy importante) puedan tener un futuro.
Lo de las galas benéficas, etc no tiene dificultad alguna comparado con conseguir que el dinero recaudado (en esas galas, por ejemplo) llegue donde tiene que llegar. En fin, la verdad es que este hombre ha vivido odisea tras odisea y ahí sigue.
Y bueno, lo de que en 2009 fuera candidato al Nobel y al final se lo dieran a Obama, que alguien me lo explique, por favor!
Bueno, parece que la experiencia ha sido positiva finalmente. Está bien eso de que te dejen un libro para que des tu opinión sobre él. 🙂
Y con lo que dices de Obama, son premios… no siempre se lo llevan los mejores.
Besos,
Vero: es que hasta para dar un premio de la paz hay tongo… ¡es el colmo, no!
Está bien porque además puedes opinar tanto para bien como para mal; además ellos dicen que valoran tu opinión para siguientes lanzamientos, etc.
Yo tenía muchas ganas de conseguir este libro en bloguzz pero al no ser así esperaré y seguiré con lo que tengo pendiente.
Por lo que cuentas me parece que debe ser una novela interesantísima por los fines que persigue el protagonista pero cuando dices eso de que parece que estás leyendo el periódico, te echas un poco atrás ¿no?
Un besote Isi.
Ya he leído la reseña de este libro en otros blogs, y sí que es bastatne interesante. Y lo que lo hace más interesante aún es que es la historia real de este hombre y de la vida de todas esas personas a las que está ayudando. Me quedo de piedra con lo del premio Nobel, – puede que lo haya leído en algún otro post, pero como tengo memoria de pez para muchas cosas, me he sorprendido y no sé si por primera vez con esta información.
Besos!!
Eva: el caso es que lo quieren contar todo-todo y creo que es por eso que en algunas ocasiones introducen demasiada información. Pero vamos, la historia es real y totalmente recomendable. Parece mentira que haya personas con el empuje de este hombre para escolarizar a los niños y niñas de estos países.
María: lo del premio Nobel es una opinión totalmente personal, pero que estoy segura de que mucha gente comparte, porque construir escuelas para niños sin escolarizar merece ese premio y muchos más.
La historia de este señor a mí me ha impactado, de verdad. Y os repito que era un hombre normal, como cualquiera de nosotros, que ha encaminado su vida hacia otros derroteros.
Lo tuve el sabado en la mano, me gusto lo que dijo Ale sobre el libro, y seguro que cae en alguna otra visita a la libreria, para un solo día me vine con tres libros y uno no precisamente corto unido a los que tengo pendientes no es cuestion de que se me ponga de morros el consorte. En cuanto a que ser periodista no significa saber escribir, mi querida Lammermour me siento touche y herida en mi fuero interno, espero que no piense usted eso de mi, porque en realidad cuando escribo relatos me olvido de que soy periodista, porque son dos estilos diferentes y no siempre se complementan. Y que conste que no me he lanzado a la yugular me has dejado mas que tiesa.
Carmina: no te enfades con Lammermoor, porque tiene toda la razón, y tú lo explicas muy bien: que no es lo mismo escribir una noticia o un reportaje que escribir un relato o una novela. Y habrá personas que hagan muy bien lo primero, lo segundo, las dos cosas o ninguna; y lo que yo pienso es que D.O.Relin en algunos capítulos se ha olvidado de que es una novela lo que venía a escribir. Pero sigue siendo una apreciación personal.
Por cierto: ¿escondes los libros que compras al llegar a casa? digo por los problemillas conyugales que te suelen acarrear 😉
Estoy releyendo el comentario que escribí y da o puede dar la sensación de que me estoy refiriendo a ellas. En absoluto, estaba pensando en la profesión en general. Carmina tu misma señalas que un texto periodístico y un relato son estilos literarios diferentes.
Perdón por el equívoco. ¡No me extraña que te quedaras de piedra!
Me acuerdo de cuando comentó Ale este libro, que pensé lo mismo más o menos que tú dices. A mí lo que más me fascina lo admirable del trabajo de una persona, en principio sola, es decir que inicia una labor así desde la nada, aunque naturalmente haya recibido mucha colaboración después.
Efectivamente que una chica que ha sido alumna suya quiera montar un hospital, es una recompensa más que suficiente.
Lammermoor: yo te he entendido, comparto tu opinión y también he entendido perfectamente a Carmina. Un periodista presuponemos que escribe una noticia o reportaje a las mil maravillas, pero una novela puede no hacerlo tan bien. O hacero estupendamente. O un escritor de novelas puede hacer una chapuza de noticia. O yo puedo hacer un marcapáginas muy bonito y no ser capaz de montar un mueble de ikea, o….
Loque: ¡es que el hombre es un “infiel” en estos países y le da igual! Se compra un traje como los de allí e intenta hablar con quien tiene que hablar. En fin, gracias a él milles de niñas tienen una educación decente y dar tu vida entera por esta causa debe de aportar una recompensa enorme.
Bueno, es que después de leer el libro a una le sale un poco de “vena humanitaria”, ¿se nota, no?
Isi:
¡que bonita reseña! ¡y que foto tan más coqueta con el separador de corazón de kitty asomándose como quien no quiere la cosa!
a mi el libro me gustó mucho por eso: porque un hombre sin recursos prometió algo, y cuando regresó a casa se puso manos a la obra para cumplirlo. Yo seguramente que habría dicho “no tengo con qué” y tan tán. El se puso a conseguir los recursos (cuando además, vivía en su coche…digo, tenía necesidades apremiantes) eso me parece admirable. Hay un refrán en inglés, sobre la educación que dice más o menos así: en 100 años no será importante el tipo de carro que manejabas, o qué tan grande era la casa donde vivías, o cuánto dinero ganabas…pero en 100 años, el mundo puede ser un lugar mejor porque tú influiste positivamente a un niño. Este señor lo ha hecho. Le van a dar llave dorada cuando llegue al cielo para su biblioteca personal 😉
No te lo puedo asegurar, pero creo que no lo leeré. No me atrae.
Ale: de acuerdo contigo, pero creo que yo, que soy de la “gente corriente” no tengo empuje para poder hacer esas cosas, ni otras mucho más pequeñas, claro.
Y sí, Mortenson irá directamente al cielo junto con la Madre Teresa a la que tanto admiraba.
Amylois: estás en tu derecho, pero por lo menos ahora conoces por encima la historia de este hombre que construye escuelas donde más se necesitan 😉
Me he fijado que estás leyendo “Expiación”. Espero que no sea tan duro y aburrido como lo era la película.
Un saludo.
Hilario: la película me encantó, y el libro me está gustando muchísimo (aún voy por la mitad más o menos). Ya sabes que para gustos… 😉
¡Hola! A mí me lo envió Bloguzz. La verdad es que me gustó y mucho. El trabajo puramente altruista que hace Mortenson me cautivó. Ojalá hubiese más como él, de esa forma las cosas en el mundo cambiarían. En cuanto a la forma de escribir, será por defecto de profesión, también me gustó. Tienes razón en que parece una crónica o un extenso reportaje pero me convenció jeje será que una está a punto de acabar la carrera. ¡Besos! 😀
Posdata: NO estoy y no estaba de acuerdo con el Premio Nobel. Se recompensó a Obama antes de que hiciese méritos, pues más allá de lo que ha logrado (ya era hora que una persona de color fuese presidente de los EE.UU.) la cosa no se debe quedar ahí… En fin, visto lo visto y sabiendo que Mortenson era candidato y no se lo dieron quedé algo ¿indignada?.
Isi pues ahí estamos juntas con la demás “gente corriente” 😉 jajaja
Marina: el mío también fue de Bloguzz; ya lo había visto reseñado donde Ale y me interesó la promoción.
Bueno, lo de ser un reportaje tampoco es que lo notara durante todo el libro; sólo en algunas partes me chocaba un poco. Bueno, tú sabrás más de eso que yo, por supuesto 😉
En cuanto a la PD, totalmente de acuerdo: hay que dar el premio por lo que se ha hecho, no por lo que se va a hacer.
Ale: 😀
La historia de este señor parece realmente hermosa y para que un auditorio le aplauda, así que me lo apunto para las futuras lecturas ;).
Alexandre: me alegro de que te haya interesado. Como es una historia real, además nos enseña las cosas (buenas y malas) que hay repartidas por el mundo…
Hola Isi
yo también recuerdo lo bien empaquetado que te llegó este libro. Y casualidad, uno de los bloggers de viajes con los que coincidimos en Madrid la última vez nos habló muy bien de esta crónica/novela/reportaje. Interesante!! 😉
ISI, CÓMO PUEDE UNO CONTESTAR A LAS 6:24h? Bueno la respuesta quizá sea: sin tener niños.
Me ahorraré la broma fácil de que no es lo mismo tres tazas de té que… En fin.
Me parece que aprender a leer, aprender un idioma, o una historia incluso sea de una religión, puede ser enriquecedor y sano para el individuo. Pero no me gusta engañarme en esa idea tan extendida en el S.XX de que la lectura/escritura era la solución a todos los problemas de la Humanidad. Creo que ya tenemos retrospectiva suficiente para reflexionar al respecto: ahora somos incultos e ignorantes pero sabemos decodificar un código de signos, que en el bonito supuesto de que dejáramos de ser incultos e ignorantes, nos podría ser de gran utilidad.
La misma reflexión la realizaría para internet, un medio en el qué está TODA LA INFORMACIÓN, que dicen los optimistas. Bien, de acuerdo, ¿pero alguien tiene tanta curiosidad para buscar TODA LA INFORMACIÓN?
Apuesto que la mayoría (esto és más del 50%) apenas busca cuestiones de ocio relacionadas con el ocio que siempre persiguió, con la ventaja/agravante de no tener que moverse de casa.
Me gusta la temática del libro, pero no podría leerlo sin tener estos juicios críticos en la chorla. Me encantaría saber (cuestión antropológica), cómo se vive en un rincón perdido de la otra punta del planeta.
Ya no me enrollo más.
SALUD
Roberto: sí, me llegó con la mochilita y las pinturas :D. Jeje, es verdad que es una mezcla de novela/crónica/reportaje; lo has descrito mejor que yo.
Enrique, mi horario:
6:00 suena el despertador
6:01 me empiezo a hacer el desayuno (sin este paso, no tendría sentido levantarme).
6:20 miro correos, comentarios, y muchas veces leo posts de otros blogs.
Cuando termino, me pongo a estudiar.
¿Pensabas que era porque no me acostaba, verdad? 😉
Bueno, en cuanto a tus disertaciones sobre la educación, información, etc estoy de acuerdo. Pero por ejemplo yo le veo el lado bueno: sin internet, donde están tooodas las recetas, creo que nunca habría aprendido a cocinar. Para mí la cocina es ocio; no te digo más.
Luego están nuestros blogs sobre libros, humor, cocina, etc, que me divierten, y yo creo que hacen que mi mente se abra un poco más. Y no me tengo que mover de casa, menos mal, porque si no, quizás me lo estuviera perdiendo por falta de tiempo…
El otro día compre este libro, no he leído demasiado pero me está gustando.
Mertxe estaré atenta a cuando lo reseñes; ya me contarás.
Oye Isi, estaba viendo la reseña de este libro y no sé si me habrás confundido con la Mertxe del último comentario, ya sabes que yo siempre pongo Bookworm. Si es por mí que esperas la reseña, te diré que no lo he leído ni lo tengo en principio en mi lista. Lo siento.
Un beso (pero por fin me han elegido para dos promos de Bloguzz ¡bieeeeen!, aunque aún no he recibido nada. Una pena que no sea de el Julia Navarro)
Mertxe: pues sí que creía que eras tú, qué lío! Es verdad que firmas Bookworm, pero como te asocio a Mertxe, ni me había dado cuenta.
Bueno, pues yo también recibiré el de “Blanca como la nieve…”. El de Julia Navarro está genial (y eso que no lo he terminado aún).
Hola, soy Margaret, el dia de hoy me informe de este libro, un compañero que asistió a un evento de los coligios IB en miami, me agradaría adquirirlo para leerlo y saber de lo que se trata.
deseo en español, en que lugar se lo puede comprar.
Vivo en Galápagos Ecuador (Isla santa Cruz)
Mi nombre es Margarita Sosa Márquez.
Margaret: te envié un email