Rehenes, de Stefan Heym
23 Sep 2012 por Isi
Como nos decía Anne Frank en su diario:
Aún no he terminado con estas tristes noticias. ¿Has oído hablar alguna vez de rehenes? Es el último invento para castigar a los saboteadores. La cosa más atroz que pueda imaginarse. Ciudadanos inocentes y dignos de todo respeto son arrestados, aguardando en la cárcel su condena. Si el saboteador no aparece, sin ningún preámbulo la Gestapo fusila a cinco rehenes. En los periódicos aparecen frecuentemente los anuncios de defunción de estos hombres, ¡bajo el título de accidente fatal! ¡Hermoso pueblo, los alemanes! ¡Y decir que yo pertenecía a él!
Viernes, 9 de octubre de 1942
Con estas palabras prestadas introduzco la reseña de hoy, para que todo el mundo se sitúe en el contexto de la II Guerra mundial, donde Stefan Heym nos relatará la situación de esos cinco rehenes, cinco de tantos, que serán fusilados.
Todo comienza en un café de Praga, en 1941. El teniente Glasenapp baja a los lavabos, muy ebrio, y se cruza con Janoschilk, el torpe encargado de la limpieza que será, sin saberlo, el último en ver al teniente con vida. Minutos más tarde los compañeros de Glasenapp se dan cuenta de que ha desaparecido y, por consiguiente, la Gestapo decide encarcelar a todos los ocupantes del café en el momento del suceso que, luego sabremos, ha pasado a ser un homicidio. Si el culpable de la muerte de Glasenapp no confiesa, los 20 rehenes serán fusilados.
En las celdas están encerrados de cinco en cinco, tal y como serán ejecutados. Janoschilk, pobre hombre, era más que un simple encargado de los servicios: colaboraba con la resistencia y, pese a no tener ninguna relación con la suerte que ha corrido la víctima, sí que está preocupado, pues de él depende (dependía, más bien) una delicada operación para evitar que un vagón lleno de armamento llegue a las tropas alemanas del frente ruso. Sus otros cuatro compañeros de celda, cada cual más dispar que el anterior, intentarán encontrar la manera de librarse de su sentencia, incluso culpando a los demás de la muerte del teniente, pero allí dentro el único que no se preocupa de su suerte, de su propia persona, es nuestro Janoschilk.
También asistiremos a los intentos del comisario de la gestapo Reinhardt por ocultar la verdad, pues él conoce todo lo relacionado con la muerte del teniente pero, por diversas circunstancias, no le interesa que salga a la luz y, además, sembrar un poco de terror entre los checos nunca está de más.
Es una novela de ritmo bastante lento, que se ambienta entre la cárcel, en la pequeña celda de los rehenes, y el exterior, donde el comisario Renhardt trata de que ningún cabo quede suelto para proceder a eliminar hombres impunemente. Cada uno de los rehenes tendrá su parte de protagonismo en la historia; conoceremos su pasado y sus intenciones futuras pues, a pesar de saber que van a morir, cada uno trata de evadirse de este pensamiento y trazar planes que le permitan seguir adelante con su vida; algunos sacrificándose ellos mismos, otros intentando de sacrificar a los demás en su propio beneficio. Además, conoceremos a personajes “del exterior” que también tienen su parte en todo el entramado de la resistencia checa frente a los nazis y que no pueden luchar abiertamente ni tienen ningún arma ante las torturas e interrogatorios nazis, aunque intentan mantenerse íntegros.
Pero Janischilk es el protagonista indiscutible de la historia, y creo que es uno de los personajes más entrañables que he conocido en mucho tiempo: es un hombre que se hace pasar por alguien algo corto de entendederas, que empieza a hablar y no calla, y que deja a todo el mundo tan desquiciado, que intentan evitarle como sea, dejarle en paz; lo que viene siendo en realidad su objetivo. O quizás él, simplemente, sea así.
-A su servicio, señor -dijo-, el encargado de los lavabos, servidor, ése soy yo. He vivido días mejores, se lo puedo asegurar. Efectivamente, hubo incluso momentos en que ni siquiera me hubiera dignado a mirar a un tipo como yo. Pero es un trabajo honesto y, al fin y al cabo, hay que tener presente que hoy en día no es tan fácil ganarse el pan…
-¡Silencio! -dijo Gruber tras reponerse del sobresalto que le había provocado aquel aluvión de palabras.
Ya lo he comentado, pero siempre digo que me parece que cada libro sobre la II Guerra Mundial es totalmente distinto al anterior, y Rehenes no es una excepción. En este caso, el autor lo vivió de segunda mano, pues su padre fue apresado como rehén y, aunque no fue ejecutado, al poco tiempo se suicidó. Pero ¿qué otra cosa nos podíamos esperar del nazismo? Parece que, después de los campos de exterminio, esto es casi hasta benévolo; solo 5 ejecuciones… En fin. Un acierto el dejarnos un pequeño resumen de la biografía del autor al finalizar la novela: yo jamás había oído su nombre pero, por lo que leí, ha sido un periodista muy famoso por su lucha por la libertad de expresión en la RDA.
Os encontraréis con una trama interesante sobre unos desgraciados personajes que se encuentran inesperadamente con su propio final, sin haber hecho nada para merecerlo, pero que luchan hasta el último minuto. Os acordaréis del pobre Janoschilk al cerrar las páginas, seguro.
Es verdad que los libros sobre la segunda guerra mundial además de frecuentes, aportan nuevas perspectivas de un suceso tan poco humano. Yo tampoco conozco nada del autor, así que esa parte final siempre viene muy bien para situarse. Lo tendré en cuenta para futuras lecturas. Un besito Isi
Marilú: pues es la primera vez que se traducen sus novelas, así que es normal que no le conozcamos. Si lo lees, espero que te guste. Besos!
Pinta muy bien y además tiene lugar en la Segunda Guerra Mundial. Isi, me la apunto!,,,,,,
Me atrae mucho esta novela, como todo lo ambientado en época de guerras. Y por lo que cuentas, pinta muy bien. Así que otro libro que va a formar parte de mi lista de pendientes.
Besotes!!!
Eva: jaja ya sé que las novelas históricas son lo tuyo. Espero que te gusten los personajes!!
Margari: te digo lo mismo, que seguro que te gustan los personajes y que les acabas cogiendo cariño, ya verás. A mí también me gustan los libros ambientados en las guerras; siempre te cuentan algo distinto.
Me gusta mucho la reseña de la novela y cómo nos haces una pequeña “puesta en escena” para que nos hagamos una idea de lo que nos encontraremos en este libro. Así no hay riesgo!! Jopé, ya podrían ser así de claras las sinopsis en las contraportadas de los libros, que a veces no tienen casi relación con el libro del que hablan!!
Me lo apunto, me ha intrigado Janoschilk, aunque me temo que, como todas las historias ambientadas en una guerra, me dejará un poco hecha polvo.
No conocía este libro, pero me ha llamado mucho la atención. Me lo apunto para futuras lecturas. Besos
Interesante, un argumento para tener en cuenta y un protagonista que llena la obra según nos cuentas. Gracias por la recomendación.
BEsos
Me lo apunto, los de esa época me llaman bastante y si se basa en hechos reales, más…Un beso!
Mónica: te cuento, es que justo empecé el Diario de Ana Frank tras leer Rehenes, y cuando vi cómo los presentaba ella, supe que no podía hacerlo de otro forma. El personaje de Janoschilk me ha encantado, pobre hombre, aunque no es el protagonista absoluto, pues su captor también tiene importancia en la novela, y su manera de tratar la situación.
Es algo lento, la única pega, pero es un libro interesante. Y sí, te deja con una sensación agridulce.
Blair: me alegro de habértelo descubierto, pues. La verdad es que nos hemos perdido grandes novelas que no han sido traducidas hasta ahora.
Pakiko: pues sí, otra de las muchas caras del nazismo, verdad? Janoschilk es un héroe, ya lo verás.
Meg: se basa en hechos reales, pero ten en cuenta que casi todas las novelas sobre la guerra lo hacen. Esta es sobre un hecho puntual, pero tiene su interés también.
Seguro que es interesante. Lo del padre es impactante: librarte y acabar suicidándote. Veremos si Ken Follet no me satura demasiado con el escenario de la IIGM.
Icíar: ayy no, las guerras nunca saturan (o a mí me pasa eso, por lo menos). Y sí, lo del padre del autor es bastante deprimente pero, quién sabe; ¿no hubiera acabado en un campo de exterminio en caso de haber vivido? ayyy qué tristeza!
Este si que me lo apunto -Ken follet no me tienta, al menos de momento.
Un libro que está muy, muy bien y que creo que no leíste es HHhH de Laurent Binet.
Lammermoor: no, no lo he leído, pero lo tengo en la lista porque todas las reseñas lo ponen por las nubes. Es que es el título, que no me dice nada, y por eso todavía no ha caído en mis manos.
Calla, que acabo de terminar otro (¡otro!) audiolibro de Ken 😉
No dudo de lo bien que esté narrada la novela…pero ya he tenido bastante este verano con Anne Frank. Creo que dejaré el libro anotado en mi larga lista, pero sin aspiraciones de ir rapídamente a su encuentro. Necesito algo de risa, cuentos, historias que me hagan viajar…pero no más muertes…
Gracias por tu reseña, porque a pesar de todo, creo que hay que leer estos libros para recordar que esto no puede seguir pasando…
Un abrazo grande!!
Hola María: precisamente yo leí el Diario después de Rehenes, y me dejó perpleja, sí. Hay veces que necesitamos unas lecturas y otras veces no podemos con ellas, es verdad.
Si no leíste La princesa prometida (no me acuerdo si me habías dicho algo), te lo recomiendo para tus risas, cuentos e historias donde viajar 😉
no había escuchado hablar de este libro, primera noticia que tengo. ¡Lo anoto! espero encontrarlo en la FIL 😉
un beso,
Ale.
Leí la princesa prometida hace mucho…pero tengo que volver a ella. Está en casa…en la estantería cerca de la habitación…donde están los sueños…
Un besin fuerte!!
Ale: seguro que te impresionan los personajes.
María: jaja creo que te has confundido de post. Pero en cuanto a La princesa prometida, estoy segura de que ese es el mejor sitio, ¡¡qué gozada de libro!!