Zaragoza, de Benito Pérez Galdós (reseña de Loque)
24 Oct 2014 por Isi
Gabriel de Araceli, el protagonista de la primera serie de los EN, llega a Zaragoza, huyendo de la cuerda de presos con la que salió de Madrid.
En su huida lo acompaña Don Roque, vecino del muchacho que ha terminado preso por defender la Constitución. Juntos encuentran refugio en casa de Don José de Montoria, buen amigo de Don Roque.
Montoria es un hombre bien asentado económicamente, casado y con hijos ya adultos que colabora muy activamente con la preparación de la población ante su inminente segundo sitio.
Porque Zaragoza fue sitiada en dos ocasiones durante la invasión napoleónica ¿lo sabíais? Yo no. Esta no es la de Agustina de Aragón, sino “la otra”.
Gabriel comienza a servir como soldado junto Agustín Montoria, el hijo pequeño de sus anfitriones y ambos se hacen amigos íntimos, tanto que Agustín le confiesa que está enamorado de María Candiola, aunque el suyo parece un amor imposible, ya que a él le han destinado – quiera o no – a la Iglesia, y ella es hija de un hombre odiado en la ciudad por ser un usurero y – prácticamente, el único que no ha participado de una u otra manera en la defensa de Zaragoza.
Es este el libro más duro de todos los Episodios Nacionales que llevamos leídos, es imposible no pensar en palabras como “devastador” o “destrucción” cuando se piensa en él, y es que aquí nos enfrentamos por primera vez, abiertamente a la guerra, con todo lo que conlleva.
Galdós no puede aproximarse a semejante tragedia con esa mezcla de humor, trama romántica y momentos más ligeros combinados con otros más dramáticos, con los que había afrontado otras batallas como Bailén o Trafalgar y aquí, paulatinamente se van perdiendo los asideros del humor, después de la presentación del SumsumCorda, o del romanticismo.
Y la historia de amor juvenil pasa de un momento de respiro y optimismo a ser un… no, no lo voy a contar, merece la pena (y mucho) leer Zaragoza.
Es un giro oscuro en el que por ejemplo no se menciona a Inés ni una sola vez, porque de hecho en este que Gabriel, a pesar de ser el narrador y testigo, no es el protagonista.
Y es que este no es el libro de Gabriel ni de Inés, sino de los zaragozanos y su heroísmo.
Pero también hay momentos, según avanzamos al delirante final en que el heroísmo se confunde con la locura, y es difícil no llegar a preguntarse si merecía la pena defender una ciudad a costa de tanto. Aunque también yo pensé ¿y realmente merece la pena invadir una ciudad? ¿un país? ¿un continente?
¿Por qué tanta locura? ¿Para que Napoleón pudiera coronarse como emperador? ¿La ambición de uno solo puede costar tantísimas vidas, segar tantas historias, destruir a tanta gente?
Varias veces me recordó lo narrado a Los desastres de la guerra que no por casualidad pintó un aragonés, Goya.
En medio de todo esto, Galdós vuelve a destacar el papel de las mujeres en la Guerra de la Independencia: mujeres en la retaguardia, asistiendo a heridos y enfermos hasta la extenuación, también mujeres en el frente luchando como el primer de los hombres, mujeres que esperan al enemigo, con un arma en la mano, decididas a defender su propia casa hasta la muerte.
Y es que si algo distingue a este sitio de otros, a estas batallas de otras es que se la ciudad se defendió calle a calle, casa a casa, habitación a habitación.
Y tal como dijo Galdós:
Jamás he visto encarnizamiento igual al que muestran nuestros enemigos en la defensa de esta plaza. Las mujeres se dejan matar delante de la brecha. Es preciso organizar un asalto por cada casa. El sitio de Zaragoza no se parece en nada a nuestras anteriores guerras. Es una guerra que horroriza. La ciudad arde en estos momentos por cuatro puntos distintos, y llueven sobre ella las bombas a centenares, pero nada basta para intimidar a sus defensores … ¡Qué guerra! ¡Qué hombres! Un asedio en cada calle, una mina bajo cada casa. ¡Verse obligado a matar a tantos valientes, o mejor a tantos furiosos! Esto es terrible. La victoria da pena.
No, perdón, no fue Galdós quién lo dijo fue el Mariscal Jean Lannes en una carta a Napoleón. Sí, el enemigo lo llegó a reconocer “La victoria da pena”.
Título: Zaragoza (Episodios Nacionales VI) Autor: Benito Pérez Galdós Editorial: Alianza Encuadernación: Bolsillo ISBN: 978-84-206-7267-0 Páginas: 216 Precio: 9,50 €
Zaragoza es duro y Gerona lo es más. No sé si es que a partir de Zaragoza se oscurece la serie, o es que Gabriel ha crecido en mitad de la guerra y eso se nota. Ahora estoy leyendo Cádiz y parece que retorna a los principios, pero aún llevo poquito para estar segura.
Un saludo 🙂
Genial reseña, Loque, como siempre, para un libro que nos ha tenido a todos horrorizados de principio a fin, sobre todo “a fin”, porque yo creo que al comienzo de la historia se transmite muy bien se optimismo de los zaragozanos, que ya han echado a patadas a los franceses una vez, y parece pueden volver a hacerlo en cualquier momento, pero a medida que avanza el episodio es todo muy trágico 🙁
Como siempre, ha sido un acierto meter unos personajes que contrarrestan un poco la sangrienta batalla, ya que Montoria y Candiola tienen unas aparciones estelares durante el sitio que a mí me hicieron reír a carcajadas.
En todo caso, ha sido uno de los episodios que más me ha gustado a mí también. Ha sido muy intenso.
Muchas gracias Isi por publicarme la reseña, y gracias por las oportunas fotos.
Y gracias a las dos por comentar, Zaragoza efectivamente me ha parecido muy-muy duro pero también una novela fundamental en la que, como en todo Galdós prácticamente, no falta ni sobra una palabra.
Gracias Mónica por organizar la lectura y gracias a todos los que las seguís.
Pues me ha gustado especialmente que comentes el trabajo de Goya, precisamente aragonés, como bien tú señalas, porque me has hecho pensar en la oscuridad y el horror de sus pinturas sobre la guerra de la independencia. El mismo horror que encontramos en la narración histórica de esta misma guerra en los episodios nacionales de Galdós.
Gracias por esta estupenda reseña y gracias a todos los participantes. Bss
Buenísima reseña! Y sí, la victoria tuvo que dar mucha pena. Un episodio muy oscuro, muy trágico éste.
Besotes!!!
Iba yo leyendo y cuando dices: no les voy a contar automáticamente y en voz alta me pregunté: ¿pero por qué??? hasta que recordé que ya se en que termina la cosa (lo que es estar concentrada en la lectura jajaja).
¡Que buena reseña Loque! y que bien que has metido al ajo a Goya, quien debe haber tenido lazos muy fuertes con lo ocurrido en su tierra.
¿Cómo que Gerona se pone peor? ¡ayyy no me digan eso!
Un beso,
Ale.
A mí también me ha resultado inquietante eso de que la cosa irá a peor en Gerona… 🙁
Me encanta que leas libros “clásicos” porque oye, me daba la impresión de que los blogueros (los que yo conozco) sólo leían literatura juvenil. Es fantástico. Maravilloso. Sublime. besos!
En primer lugar, aunque no la he leído todavía, me temo que lo que ha dicho Minea es cierto y Gerona es un episodio muy chungo, y sí, lo que dices, Minea, es una reflexión muy acertada: Gabriel ya no es un niño y se ha convertido en hombre luchando en una guerra, nada más y nada menos. Yo, si cuando vuelve de Zaragoza, nos dijeran que es el mismo muchacho que llegó a la ciudad, me sentiría muy decepcionada, pero ¡Don Benito no decepciona!
Mónica-Serendipia: Los Desastres de la Guerra son dignos de aparecer en una edición ilustrada de Zaragoza, describen el mismo horror, y con la misma mano maestra.
Gracias a ti.
Margari ¡Gracias! Sí, semejante victoria no puede ser considerada como una gloria militar, desde ningún punto de vista, no me extraña que ni los propios invasores se conmovieran ante tal infierno, sin poder tampoco dejar de admirar tal heroísmo.
Ale: Muchas gracias. Nunca hasta ahora lo había pensado, que para gente como Goya, zaragozanos que no vivían en su ciudad en ese momento, aquello debió ser una debacle, y que seguro que entre los numerosísimos muertos estaban muchos de los suyos: familia, amigos…
Sí, creo que en Gerona también pasaron mucho, pero su sufrimiento no se olvidará mientres quede algún lector de los Episodios Nacionales ¿verdad?
Isi: En fin, una guerra es una guerra, y esta no se produjo solo en los campos de batalla, también en las calles, en los salones, las cocinas…
¿Tú sabías que nuestros compatriotas habían sido tan increíblemente valientes? Que mujeres de principios del XIX, que no podían salir solas a la calle, cogieron las armas y disparaban a bocajarro a los soldados imperiales??
Becky Sharp Aquí has llegado a puerto seguro, Isi y varios de los comentaristas tienen blogs que no te debes perder, yo reconozco que este no es mi blog (no tengo blog literario) sí leo clásicos, y muchos.
¿Tienes blog? Me encanta comentar los clásicos!
Aunque mira, todavía no me he estrenado con “tu novela” aunque conozco tus andanzas en esa feria de las vanidades que era la sociedad británica del XIX.
Una época y un lugar en el que precisamente me estoy empapando, bueno… llevo haciéndolo mucho tiempo por gusto, y ahora lo hago porque una jovencita (de tus tiempos) requiere de mi ayuda:
http://loqueahorroenpsicoanalisis.blogspot.com.es/2011/03/querida-edwina.html
Estoy enamoradita de los cásicos! El problema es que no tengo mucho tiempo para leer porque tengo que estudiar… pero leo todo lo que puedo. Y por supuesto que visitaré ese blog, gracias! No, no tengo blog; exige un tiempo que yo no puedo dedicarle. Cualquier forma de comentar clásicos, encantada! tenemos que hacerlo aunque yo no tengo blog… a ver cómo lo hacemos. Un besooo 🙂
¡Qué buena reseña, Loque! Estoy completamente de acuerdo con ella, es el episodio más duro hasta la fecha. Con Bailén y el 2 de Mayo se pasa mal, pero esto es lucha encarnizada hasta el final. Y esa reflexión de la victoria da pena, la fui teniendo yo a lo largo de la lectura. ¿De verdad merece la pena conquistar una ciudad dejándola en ruinas? A mi no me entra en la cabeza…
Y me encanta el papel que destaca Don Benito a las mujeres. Podría haberlo obviado, haber mentido, pero no, lo reivindica, dejando claro que ahí se mojaron todos.
¡Besotes!
Becky Sharp: Mi blog es de humor y de verdad que espero que te guste, pero no es lo que estás buscando en este momento. De todas maneras, sigue atenta a este blog y al de serendipia, porque ahí se van a poner todas las reseñas de esta lectura conjunta que creo que te va a interesar.
Si quieres, escríbeme a mi mail y a ver qué se nos ocurre, pongo aquí mi dirección porque no es ningún secreto (aunque no la ponga en mi blog, no sé por qué)
loquemeahorro@gmail.com
TresCatorce: Muchas gracias. Sí, este libro hasta ahora está siendo el más duro de los Episodios Nacionales.
Me encanta que Don Benito siempre tenga unas palabras para ensalzar la labor de las mujeres durante la guerra de la Independencia, aunque solo con lo que escribió de La Primorosa, ya le haría merecedor del título de autor menos misógino de la historia.
Excelente reseña, Loque. Creo que todos coincidimos en la valoración final del episodio: uno de los más duros, pero de los mejores de esta primera serie. Es evidente el propósito de Galdós de dejar fuera de esta novela cualquier elemento que despiste la mirada del lector. Sus ojos deben estar única y exclusivamente en las calles de Zaragoza. Teniendo en cuenta que le quedaban cuatro episodios por delante para completar la serie, dispondría del suficiente espacio para recuperar a la enamorada de Gabriel. Como ya dije en su momento, al principio eché de menos no saber de Amaranta e Inesilla, pero ahora pienso que la decisión de prescindir de ellas fue acertada. Don Benito es un genio, no hay más. ¡Un beso!
Muchas gracias Jesús, sí, estamos de acuerdo es un libro magnífico que rompe la tónica de la primera serie de los Episodios Nacionales de forma muy inteligente.
¿Tan poco nos queda para conocer el desenlace de la historia de Inesilla? Ah, en Gerona tampoco salen, o eso creo.
Y sí Galdós es un genio, con todas las letras, qué pena que no lo conozca más gente (todos, vaya)
Hola!
Gracias a vuestro club de lectura de hace casi 4 años me he enganchado a los Episodios Nacionales. Los primeros cinco de la primera serie me los he leído en un cantar. Pero hete aquí que me tropiezo con Zaragoza y se me abren los ojos al espanto. Si uno tiene el menor atisbo de simpatía hacia una causa bélica, que se lea esta novela. Si aún le quedan ganas de pelear por un “ideal” que no sea la paz, es que no tiene nada que ver conmigo.
Zaragoza es la vacuna. Qué gran obra.
Isi, sé que no es tuya la reseña, pero leo tu blog desde que os descubrí en el club de lectura. Y yo soy tb un gran lector de cómics. Gracias por presentarme a D. Benito.
Un abrazo.
Manuel: ¡anda! Te agradezco mucho que hayas dedicado un momentín a pasarte por aquí y hacernos saber lo de los Episodios Nacionales. Don Benito nos tiene enganchados, ¿verdad? Qué tragedias, qué visión, y qué bien contado está todo lo referido a esta España nuestra. Yo tengo que retomar los Episodios, que los he ido abandonando; la lista de lecturas pendientes es interminable.
Oye, precisamente yo ahora estoy empezando a leer cómics. Ayer mismo saqué dos de la biblioteca: uno de Paco Roca (El faro) y el de Moderna de pueblo, que la he ido viendo en internet y me hace mucha gracia.
Es un mundo esto de los cómics, pero me presta porque empiezas uno y ya no puedes parar de leer hasta que lo terminas, ¡¡enganchan un montón!!
Bueno, lo dicho, muchas gracias por pasarte y comentarme tus impresiones sobre los Episodios. Saludos!!
Sí! Qué de acuerdo estoy con las apreciaciones que haces de D. Benito. ¿Por qué episiodio nacional te quedaste? Mi intención es acabar la primera serie y el verano que viene hacerme la segunda. A ver si en cinco veranos me pongo al día del siglo XIX español.
Sobre los cómics no voy a comentar aquí porque sería irme del tema y prefiero hacerlo en las entradas correspondientes. Solo decirte que Paco Roca es mi debilidad. Y que ojalá que hiciera una versión gráfica de los Episodios Nacionales, porque tiene talento para eso y más (véase “Los surcos del azar”).
Precisamente me quedé en Zaragoza, y ahora que estamos charlando, me entran ganas de ponerme el firme propósito de continuar, al menos con el siguiente para tenerlo leído en navidades.
Oye, pues El faro me ha gustado mucho también; un poco más juvenil, y bueno, nada que ver con Arrugas, claro. El de Arrugas me ha impresionado mucho, sinceramente; es un tema al que siempre le he dado muchas vueltas y me ha quedado muy buen sabor de boca el verlo en formato cómic, con todo lo dramático que es.
Buscaré Los surcos del azar, ya que lo recomiendas 🙂
Y sí, sería una pasada ver los episodios en formato cómic; seguro que llegarían a muchísima más gente de esta forma, porque yo creo que somos muy reacios a cualquier cosa que suene a “autor o libro clásico”, y luego nos perdemos estas maravillas por esos prejuicios infundados 😉
Madre mía ¿hace ya dos años que leímos Zaragoza? Bueno, sí que debe hacerlo porque aún tenía tiempo para escribir alguna reseña, aunque fuera el blog prestado.
En realidad nos terminamos la primera parte de los Episodios Nacionales ¿no te acuerdas Isi, de Gerona y de Cádiz? Por cierto que yo no llegué a reseñar Cádiz, ya no tenía tiempo, pero sí que lo recuerdo bien.
Y este Zaragoza, cuando fui ahí hará un año y medio, no paraba de pensar “Aquí pasó todo, aquí se luchó calle a calle, casa a casa…”.
pd. Estaría genial retomar la lectura, y comenzar con la segunda parte de los Episodios.
Loque: yo no terminé los dos útlimos… me quedé atras (snifff). Tengo que ponerme al día para que volvamos a organizarlo. Prometo que lo haré pronto.
Hoy me he acabado Zaragoza y casi acaba la novela conmigo. Hay que tener estómago para soportar tanto dolor, miseria y destrucción. Bueno, el ser humano tiene mecanismos de defensa y el mismo Gabriel narra como los vivos llegaron a ser indiferentes al dolor de sus congéneres y vieron como cosa normal, por habitual, el bombardeo primero y la voladura después.
Pero hay una cosa que viene al pelo para el momento actual. De normal, veo apreciaciones de D. Benito que conservan toda su actualidad; precisamente, en “Napoleón en Chamartín” declaraba (en boca del padre Castillo): “El pueblo Español es de todos los que llenan la tierra el más inclinado a hacer chacota y burla de los asuntos serios. Ni el peligro le arredra, ni los padecimientos le quitan su buen humor; así vemos que rodeados de guerras, muertes, miseria y exterminio, se entretiene en componer cantares, creyendo no ofender menos a sus enemigos con las punzantes sátiras que con las cortadoras espadas”. Esto me llevó directamente a la burla que se hizo en redes sociales del terrorista originario de Córdoba que nos amenazó con la invasión. Sigue de actualidad.
Sin embargo, hay una apreciación en “Zaragoza” que, leída ahora, parece un gran desatino: “El resultado es que España (…) no ha visto nunca, después de 1808, puesta en duda la continuación de su nacionalidad”.
Parece mentira como pueden cambiar tanto algunas cosas desde 1874 al día de hoy.
Loque, yo he ido muchas veces a Zaragoza. Sabía de los sitios lo justito. Desde hoy, miraré a esa ciudad con otros ojos. Aquellos sitios hubieron de dejar una huella indeleble.
También he visitado en muchas ocasiones Gerona. Veremos que nos ofrece el séptimo episodio nacional.
Isi: “Los surcos del azar” es una obra maestra. Leerla por primera vez es un privilegio. Creo que, a día de hoy, es la obra mayor de su autor. Tuve la suerte de formar parte de un club de lectura de cómic y un día Paco Roca tuvo la infinita amabilidad de estar presente vía videoconferencia y se prestó a respondernos todas nuestras preguntas sobre dicho cómic. Hasta hubo alguna pregunta impertinente que me pareció, sinceramente, de mala educación. Sin embargo, él sí que tiene no sólo una exquisita educación sino una generosidad sin límites. Era tan tierno verle responder a nuestras preguntas acompañado de su pequeña hija febriculosa! En fin, un genio muy humano.
Un abrazo.
Sí, yo también pensé lo mismo que tú cuando leí eso, lo de que seguimos haciendo chistes de cualquier tema por terrible que sea.
Anda, Isi, creía que las habías acabado. Pero claro es que Gerona es… lo de Zaragoza (que realmente es terrible) se queda pequeño a su lado.
Pues nada, animaos con los dos que os quedan y algún día seguiremos con la siguiente parte de los EN. Por cierto que Gerona también la comenté, pero en … ¿en dónde la comenté, Isi? ¿Aquí? ¿En el de Mónica? Ahora dudo si también escribí la reseña de Cádiz. O no escribí ninguna…
No me acuerdo de nada, incluso al leer esta reseña de Zaragoza pensaba “¿Esto lo escribí yo, seguro?” y después vi lo que dijo el mariscal y dije “Sí, me acuerdo bien de eso”.
Ah, en Cádiz os llevaréis una gran alegría, en serio. Claro que después de Zaragoza y Cádiz, merece la pena ese descanso y esa recompensa.
pd. Yo me he leído “El invierno del dibujante” qué triste y qué demoledor, por cierto que sería complementario a la serie “Los profesionales” de Carlos Giménez, que cuenta algunos hechos tomados de la historia de Bruguera pero pasado por el tamiz de la nostalgia que todo lo maquilla y lo hace parecer mejor de lo que era.