Al abrir el buzón: Razones para escribir cartas
15 Dic 2016 por Isi
Hace ya un tiempo que os habréis dado cuenta de que tengo un nuevo hobby: escribir cartas. Siempre me ha gustado escribir felicitaciones en Navidad (¡y marcapáginas!) o enviar alguna tarjeta de cumpleaños o postal en fechas señaladas, pero desde que las máquinas de escribir llegaron a mi vida, he comenzado a escribir cartas (¡y a recibirlas!) con regularidad. Y me encanta.
Seguro que ahora que estamos en campaña navideña has enviado y recibido alguna tarjeta pero, ¿te imaginas recibir más cartas de vez en cuando, unas poquitas, a lo largo del año? Por si necesitas un empujón, te dejo unas cuantas razones por las que pienso que deberías escribir más cartas. ¿Preparado?
Cinco razones para escribir cartas:
1. Alegrarás el día al destinatario de tu carta. Abrir el buzón y encontrar una carta entre los montones de folletos de publicidad hace feliz a cualquiera, y ¿hay algo mejor que hacer a la gente feliz? Una simple postal o una tarjeta diciendo que nos acordamos de esa persona es suficiente para empezar, si no te atreves a escribir ocho folios a bote pronto; lo importante es la intención.
2. Es una manera de desconectar. Desconectamos tanto de los aparatos con pantalla, como de las actividades y el estrés diario.
Escribir una carta requiere tiempo, pero es agradable sentarse frente al papel, imaginar a la persona a la que escribimos, y dejarse llevar por una conversación que se alargará maravillosamente en el tiempo, como cuando quedas con ese amigo para tomar un café y volvéis a casa cuatro horas después porque os habéis contado vuestra vida y milagros.
A mí me gusta reservar la tarde-noche del domingo para escribir mis cartas. Suelo escribir solo una cada semana, aunque tenga más acumuladas que esperen respuesta. El domingo es un día que dedico para hacer cualquier cosa que no hago durante el resto de la semana, y pasar un rato escribiendo en mi Underwood y preparando el sobre para enviar me parece una manera apacible de terminar la semana.
3. Mejora tus habilidades lingüísticas. Aquí no estamos hablando de que escribas la carta en un Word y luego la imprimas, sino de que la escribas a mano y tengas que concentrarte, primero en ordenar tus pensamientos para exponerlos de una manera clara, y luego en buscar las palabras que mejor expresen lo que quieres decir. Se puede tachar de vez en cuando algún error pequeñito, no pasa nada, pero no vamos a poder eliminar un párrafo o una frase entera, así que nos obliga a fijarnos en el lenguaje.
Una de mis amigas me confesó que escribía un borrador de sus cartas y luego las pasaba a limpio; fijaos hasta qué punto desconfiamos de nosotros mismos. No obstante, vamos mejorando poco a poco: cada carta la escribimos de forma más fluida y transmitimos mejor lo que queremos decir… ¡A practicar!
4. Es una actividad creativa. Considero que escribir de por sí, ya sea un diario, un blog, o una carta, es una actividad creativa, pero el mundo del correo postal ha evolucionado mucho más allá de la palabra escrita.
Veréis, desde que me he metido en este mundillo he empezado a seguir en las redes sociales a personas que hacen verdaderas obras de museo con su correspondencia. Por ejemplo, cada detalle cuenta para Lizelle, que escoge con mimo las hojas en las que escribe y cuida mucho su caligrafía para que visualmente sus cartas queden perfectas. Pero también hay personas que han llevado el scrapbooking al mundo del correo postal, como podéis ver aquí (por poner un vídeo entre miles); o que han hecho de la decoración de los sobres todo un arte.
En fin, que no hay barreras para una mente creativa. Yo todavía estoy en la fase de “copiar a los grandes” para ir aprendiendo, y me da resultados de muy diversa índole (como estas tarjetas, o este sobre), pero ya sabéis que lo importante es probar y disfrutar del proceso.
5. Es una forma de comunicación en la que la inmediatez no tiene cabida, y creo que eso le añade valor hoy día. Seguro que sois conscientes de que existen unas reglas no escritas pero presentes en la mente colectiva sobre los tiempos de respuesta en los diferentes medios de comunicación. Por ejemplo, esperamos que nos respondan a un whatsapp en un máximo de 15 o 30 minutos (dependiendo de lo ocupada que sabemos que está la otra persona), o un email en unas 24 horas como mucho. También tenemos la idea de que la respuesta debe ser más o menos inmediata a nuestros tweets, posts en facebook y comentarios en instagram.
Pero las cartas son diferentes. Para empezar, ni siquiera sabes cuándo le llegará a tu corresponsal. Mi experiencia es que, para calmar ese ansia que tenemos de controlarlo todo, nos decimos online que hemos recibido la carta pero nada más, reservando cualquier comentario sobre la misma o su contenido para escribirlo en nuestra respuesta. Después, no se espera uno que el otro se ponga a escribirnos inmediatamente tras haberla leído, ya que es algo que requiere tiempo y tranquilidad. Y es que queremos que nuestro corresponsal encuentre un momento de calma en su día a día para sentarse y dedicar su tiempo a comunicarse con nosotros, porque eso, queridos, es la belleza de la correspondencia: que dos personas separadas en la distancia dediquen un poco de su tiempo a cultivar y mantener su amistad.
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Con esta entrada espero haber despertado un poco al corresponsal que llevas dentro; seguro que hay alguien a quien te gustaría contar una anécdota o desearle unas felices fiestas, ¿a que sí?
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PD: “Al abrir el buzón” es el comienzo de una corta serie de entradas sobre este mundo tan antiguo y a la vez tan nuevo de la correspondencia. Hacía tiempo que tenía pensado hablar sobre ello, pero no sabía si tendría mucha cabida en un blog de libros. A pesar de todo, me he animado porque me parece que para eso está el blog: para escribir sobre las cosas que me apasionen.
Pues me ha encantado que te hayas animado porque te ha quedado una entrada preciosa. Y lo confieso… Hace años que no escribo una carta… Y tengo una amiga en Barcelona que bien se la merece…
Besotes!!!
Margari: ains, años sin escribir una carta, ¡qué penita! Pues creo que a esa amiga que tienes le va a encantar la sorpresa 😉
Gracias por pasarte y por gustarte la entrada. Un besote!
¡Felicidades por esta nueva sección! Espero que este apartado epistolar tenga buena acogida. Ni recuerdo ya la última carta que escribí. Fíjate, cuando tenía 12 o 13 años, tenía en mi zona un grupo de amigos con los que me intercambiaba cartas. ¡Nosotros mismos hacíamos de carteros! Y, como dices, siempre nos alegraba encontrar algo diferente en el buzón.
Ya he tenido ocasión de decírtelo en algún sitio —probablemente, en Instagram—, pero me encanta tu habilidad para decorar estas manualidades.
¡Un beso!
¡Gracias, Jesús! jeje me ha hecho gracia lo de escribiros cartas entre los amigos y hacer de carteros. Hoy mismo me estaba acordando de que en las revistas de adolescentes había una sección para cartearse con gente e intercambiar recortes de tu grupo favorito por los del grupo o artista favorito de la otra persona, y yo me escribí durante mucho tiempo con una chica asturiana: nos contábamos nuestras cosas y, además, yo la enviaba recortes de Ricky Martin y ella a mí de Bon Jovi, jeje. Incluso nos conocimos una vez, que hubo un concierto de Ricky Martin en León. ¡Qué recuerdos!
En fin, que creo que la correspondencia siempre deja una huella positiva en la gente 😉
Sí, tenías razón, me iba a gustar este post. De hecho me ha encantado. Tengo muy abandonado el mundo postal, que me encanta, por cierto. En su momento me carteaba con muchas personas, por lo menos 4 o 5 regulares, de las que se quedaron en menos, hasta desaparecer. La última carta que envié fue a tí, por cierto…
Me has despertado el gusanillo, y me voy a proponer escribir una carta a la semana, al menos. Voy a ponerle tinta a la máquina de escribir, a hacer pesas de dedos y a contar mi vida por lo menos eso, una vez a la semana. Algo me dice que tú vas a ser una de las afortunadas… Jajaja!!
En fin, a ver si consigo organizar mi vida, porque es difícil, ya te lo digo… Eso sí, a lo que ya no llego es a ese nivel de creatividad, ni por tiempo ni por destreza. ¡Verdaderas joyas!
¡Besotes!
jejeje ya te dije que me parecía que te iba a gustar 😉
Por supuesto que me acuerdo de tu carta y de tu máquina, que digo yo, se merece una cinta nuevecita para para ponerla a funcionar, ¿verdad? Si es que verla ahí ya es inspirador de por sí. Lo de las pesas de dedos me ha encantado. ¡Sobre todo de meñiques! Que las As siempre quedan tan poco marcadas… jajaja.
Oye, pues si sé que iba a ser yo de las afortunadas, hubiera escrito el post antes 😛 jajaja
Yo lo de los adornos y tal lo llevo como lo llevo; intento copiar a las grandes, Instagran es fuente inagotable de inspiración, pero madre mía, qué ideas y qué manos tienen estas chicas. No sé, me parece alucinante lo que llegan a hacer con una pieza de papel.
En fin, yo seguiré practicando 😉 Entre la montblanc y la underwood tengo cuerda para rato.
Es que además las tuyas son mu’bonicas!! Entre la forma, el fondo y el detallazo, abrir el buzón y encontrar algo tuyo es uno de los (pocos) placeres que encierra hoy en día un buzón.
Y aunque la underwood es maravillosa, tu cuidadísima letra me encanta!
Loque: ¡Gracias! Pero últimamente el correo que tú me has mandado no se queda atrás para nada, ehhhhh 😉
Besotes!
Pues a mi me encantaría seguir leyendo entradas como esta. No sé si me animaré a mandar cartas pero este año sí que he enviado varias postales. Eso sí, tengo que corregir la caligrafía.
Isa: muchas gracias por pasarte. Hablaré en breve sobre papeles y demás 😉 Oye, pues las postales me encantan a mí también; intento enviar alguna siempre que estoy fuera de León, jeje. Eso sí: he comprobado que cada vez las hacen más feas, porque usan fotos muy antiguas de los sitios turísticos. Podrían cuidar un poco esto, pero en fin…
Lo de la caligrafía es muy curioso, porque a mí me pasa que tengo diferente letra según con qué utiensilio escriba: con la pluma escribo de maravilla, pero con los bolis depende…
A mí me gusta mucho escribir (me he comprado una pluma que llevo a todos lados últimamente) Sobre todo escribo en un diario que tengo.
Lo de escribir cartas me encanta, pero me temo que a la mayoría de gente de mi entorno le parecería una pérdida de tiempo hacer algo así… 🙁
Besos!
Narayani: ayy yo también tengo una pluma nueva de la que no me separo. Qué bien se escribe con una pluma, ¿verdad? Salen todas las letras más bonitas <3
En cuanto a las cartas, dos cosas:
- A nadie le amarga un dulce. O sea, que seguro que si escribes a alguien le hará mucha ilusión, aunque luego diga que "no tiene tiempo" para contestar, que eso ya es otro tema.
- Yo contesto siempre a todas las cartas (por si te apetece 🙂 ).
Ahí lo dejo. Un beso!!
Preciosidades que no hay que dejar que se pierdan. Me encanta que lo fomentes!
Qué costumbre tan bonita! La de escribir cartas… me encanta, es una penilla que se haya perdido =)
Besotes