Un mes sin redes sociales
20 May 2020 por Isi
El pasado martes finalizó mi periodo de 30 días de “minimalismo digital“, sin Facebook, Twitter e Instagram, y quería dedicar unas líneas a contar la experiencia por si alguien necesita un empujoncito o, simplemente, le pica la curiosidad.
El plan:
Un mes sin redes sociales
Fechas: empecé el reto el día 20 de abril y lo he terminado el 19 de mayo.
¿Qué eliminé?
Facebook, Twitter e Instagram, las redes sociales que más visito. Las desinstalé del móvil y las bloqueé en los ordenadores (gracias a una extensión de los navegadores llamada Cold turkey).
¿Qué dejé?
Whatsapp la he mantenido, ya que la utilizo para comunicarme de manera habitual con mi familia y amigos. No obstante, ni actualizo los “estados”, ni los suelo mirar.
Youtube también se ha quedado. Antes del confinamiento la utilizaba para aprender técnicas de scrapbooking, y durante el confinamiento la estaba usando para hacer todo tipo de ejercicio, así que no la considero “peligrosa” en el sentido de tentarme para pasar horas viendo vídeos sin más.
Goodreads: no creo que sea necesario explicar que la necesito en mi vida. Actualizar mis lecturas me llena de alegría y satisfacción, y solo me ocupa un par de minutos diarios.
Netflix y TV en general: no suelo ver más de 4 horas semanales de televisión, dos horas el viernes y dos horas el sábado. Pero es una cantidad máxima, es decir, que la mayoría de las semanas no llego a esas cuatro horas, así que consideré la tele como una actividad sin riesgo alguno.
El comienzo
Los días anteriores al apagón social fueron, sin duda, los peores. Me encontraba nerviosa por muchas razones: no sabía si iba a aguantar todo el mes; no sabía si iba a hacer trampas, reinstalar todo, y sentirme luego peor. Además, al estar confinados, sentía que las redes sociales eran la única ventana al mundo real que tenía. Con todo, el último día miré todos mis feeds un buen rato como despedida y, luego… Luego no fue para tanto.
La primera jornada sin redes sociales la dediqué a terminar mi Trabajo Fin de Grado. Fueron unas 10 horas de trabajo prácticamente ininterrumpido, y unos 9 folios escritos; mi récord hasta ahora. Nunca pensé que podía avanzar tanto en un solo día, y es que trabajé doblando mi velocidad habitual en este tipo de tareas, y sin tener ninguna fecha tope más que la autoimpuesta. Y, a falta de un buen repaso general del trabajo, lo terminé.
He bromeado mucho sobre este comienzo al considerar que, después de un primer día tan brillante, el resto del mes solo podía ir a peor. En cierto sentido ha sido así — obviamente no he terminado cinco Trabajos de Fin de Grado durante los 30 días — pero he tenido tiempo de hacer un montón de cosas que merece la pena destacar.
Los resultados
Os voy a hablar de números, que seguro que nos entendemos mejor.
Lo que me ha dado tiempo a hacer:
Para empezar, mis semanas han tenido, al menos, 5 horas más: he pasado de usar el móvil 12 horas semanales a usarlo solo 7.
He escrito 3 cartas.
He terminado 6 libros. No parece una cantidad excesiva pero, desde una perspectiva global, este año he leído un total de 17 libros así que sí he notado un aumento del ritmo de lectura durante los 30 días.
He terminado de estudiar dos asignaturas de la Uned (por si os pica la curiosidad, son Derecho Constitucional Autonómico y Literatura Medieval y Renacentista).
He entregado dos trabajos bibliográficos voluntarios de la Uned, uno de ellos en inglés (ha sido mi primer trabajo en inglés, que me ha costado un poco redactar al no estar acostumbrada a escribir más que reseñas). Y he sacado buena nota 😉 .
En cuanto al ejercicio, es bastante difícil de contabilizar ya que el 2 de mayo, en medio de los 30 días, nos permitieron salir a hacer deporte, así que he salido todos los días desde entonces a andar y/o correr. Para que os hagáis una idea, estos han sido las medias de tiempo de ejercicio a la semana:
- Hasta el 12 de abril: 7 horas/semana.
- Del 13 de abril al 26 de abril: 9 horas 45 min/semana.
- A partir del 27 de abril: 11 horas 45 min/semana.
Otros datos: he hecho al menos una sesión de ejercicio todos y cada uno de los 30 días, y 10 de esos días hice dos sesiones.
He escrito muchísimo en mi diario (15 días de los 30), que es uno de esos propósitos de año nuevo que casi nunca me sale “bien”. Me ha gustado porque me relaja, y me ha hecho sentir bien por partida doble.
He charlado más de lo habitual con amigas, ya fuera Hangouts o por teléfono tradicional. Pero debo decir que no tanto como me hubiera gustado; tengo que ser más proactiva en este sentido.
He vuelto a visitar blogs literarios, otro de mis propósitos. Los fui dejando de leer por “falta de tiempo” y me apetecía volver a ellos: leer las reseñas de mis compis, apuntar libros… Creo que nos hemos vuelto demasiado perezosos a la hora de leer (y escribir) textos de más de 140 caracteres, y que ahí fuera hay personas que se molestan en compartir ideas que merecen mucho la pena; de ahí este “propósito”. No puedo decir que haya estado horas y horas leyendo blogs, pero sí que he dado un repaso a mi lector de feeds para actualizarlo con las páginas que quiero seguir, y me he permitido un ratito los fines de semana para leerlas.
Lo que no he tenido tiempo de hacer:
No he dedicado mucho tiempo al blog. Me gustaría volver a reseñar todos los libros que leo y retomar el propósito original del blog, que era disponer de un lugar donde recoger todas mis lecturas y mis impresiones sobre ellas.
Tampoco he hecho scrapbooking ni otras manualidades. Simplemente no me apeteció, o dediqué el tiempo a otras actividades que eran más urgentes en ese momento.
Tres cosas que he echado en falta:
Compartir mis posts en las redes sociales. Te invade una especie de vacío existencial si publicas algo y no lo compartes inmediatamente en Twitter.
Compartir mis fotos de flores en Instagram 😀 No lo hago por “likes”; simplemente, me hace feliz ver mi perfil con mis flores y las cosas que me gustan.
Leer cosas divertidas en Twitter. De vez en cuando me llegaba por whasapp una captura de un tuit chistoso y entonces sabía que me estaba perdiendo la juerga de Twitter. Desde luego, esta no es una razón para volver a usar esta red social a diario, pero te hace sentir que te estás perdiendo algo (en inglés lo llaman FOMO, fear of missing out, que lo traducimos como el miedo a aislarte y perderte cosas por no estar presente en las redes sociales).
Conclusiones
Esta experiencia me ha resultado muy enriquecedora. Primero, por haber dejado atrás un hábito que, pensaba, rozaba ya lo adictivo y, en segundo lugar, porque he comprendido que la vida sin redes sociales me resulta más atractiva. Pasar varias horas concentrada estudiando o escribiendo, sin “descansos” para echar un ojo a twitter, ha sido algo que no experimentaba desde hacía años. Y quiero que eso vuelva a ser la norma.
Quizás os estéis preguntando qué hice el martes, después de que se desbloquearan facebook, twitter e instagram en mi ordenador. Sí, me senté al ordenador y abrí todas las redes sociales para cotillear qué había ocurrido en mi ausencia. Primero abrí todas las notificaciones que tenía y contesté a las que era menester y, después, al mirar los feeds, sentí que era demasiado; no podía de repente ponerme a mirar toda esa cantidad de fotos/posts/tuits. Transcurridos 45 minutos volví a bloquearlo todo hasta el fin de semana.
Tengo una gran tarea por delante: sé que no quiero volver a diario a las redes sociales, pero he de hacer una limpieza a lo Marie Kondo de mi vida digital para decidir qué ver, y cuándo voy a conectarme. Pero, ¿sabéis? No me preocupa. Ahora estamos a punto de empezar los exámenes de la Uned; en el trabajo volveremos a la normalidad y, como su hubiera despertado de un encantamiento, todas estas preocupaciones digitales han pasado a un segundo plano.
Sé que a la gente que aprecio puedo escribirles una carta, un email, 0 puedo llamarles por teléfono, y quiero pensar que las amistades no se resentirán por estar algo desconectada en otros lugares.
En definitiva, os animo a probar.
*****
¿Te atreverías a dejar las redes sociales?
Reseña de Minimalismo digital.
Pues bienvenida de vuelta!!
En mi caso, uso redes sociales por tema de danza, así que tampoco ha cambiado mucho para mí, la verdad.
Instagram igual… lo que he dejado morir ha sido el blog de maquillaje y lo estoy pasando todo a una cuenta ahí.
En Twitter creo que duré un mes y con publicaciones muy escasas xD
Me alegro que haya sido fructífero!
Besotes
Shorby: ¡gracias!
Yo es que publico poco, pero cuando lo hago estoy luego pendiente de los likes y comentarios; y otra cosa es que siempre miro lo que publican los demás, todas las fotos y vídeos y tal… Y claro, puedes estar horas.
En cualquier caso, re recomendaría que te instalaras alguna app que contabilice el tiempo que pasas en cada aplicación. Solo por curiosidad… Yo creía que el problema lo tenía solo en el ordenador, y mira, al final estaba 5 horas semanales en el móvil también…
Y sí, ha sido MUY fructífero 😀 Eso ha sido lo mejor.
La verdad es que se te ha echado de menos! Lo que has hecho me parece una iniciativa de oxigenación muy apropiada cuando notas que algo se está convirtiendo en más rutinario de lo que deseas o incluso adictivo. A mí me pasó cuando me desenganché de un juego online que me tuvo completamente capturada durante 2 años enteros. Sólo jugaba, hablaba del juego con gente que jugaba, leía sólo cosas relacionadas con el juego… Todo mi tiempo libre se lo dedicaba. Cuando decidí dejarlo, aprendí a gestionar mucho mejor mi tiempo y después he jugado a otros juegos online sin llegar nunca a que supusiera un problema en mi vida.
En el caso de las redes sociales pasa un poco igual, que te absorben el tiempo sin apenas darte cuenta. Yo lo controlo relativamente bien porque soy bastante metódica y por ejemplo durante las 8 horas de mi jornada laboral nunca reviso redes ni grupos de WhatsApp. Lo de la limpieza digital que comentas me parece súper importante para recibir sólo los contenidos que quieres y evitar “perder” aún más tiempo. Por lo demás, yo estoy a favor de organizar el tiempo que se dedica cada dia/semana a las redes para encajarlo con normalidad en la vida de cada uno, igual que hay un tiempo para hacer ejercicio o un tiempo para ver una serie o película. Es verdad que se hace difícil cuando estás pendiente de likes o respuestas a tus publicaciones, pero creo que lo importante es que no lo percibas como un problema. Si eso ocurre, lo mejor es desconectar y oxigenar el cerebro para verlo todo con perspectiva
Bienvenida de nuevo!
Saluditos
Lillu: ohhhhh gracias por echarme de menos; yo también he echado de menos la juerga y el compañerismo. El problema es que viene de la mano con “lo malo”, que es el abismo de tiempo que puedo perder mirando cosas que realmente no me importan.
Lo de los videojuegos te entiendo perfectamente, porque a mí también me ha pasado en alguna época de jugar y no poder parar, ni siquiera las semanas de exámenes, etc. De hecho, cuando me hice la cuenta de facebook, me prohibí jugar a todos esos juegos que la gente estaba utilizando porque sabía que, una vez que empezara, estaría perdida. Así que nunca jugué al candy crush ni a la granja aquella (no me acuerdo del nombre).
El tema de ponerte horarios me parece muy interesante, y es lo que pretendo hacer a partir de ahora. De momento voy a dejar las redes para los fines de semana, y sigo sin descargarlas en el móvil, con lo cual el tiempo queda bastante limitado porque normalmente no estoy sentada al ordenador.
No tengo muy claro qué voy a hacer con Instagram, porque solo puedes subir fotos desde el móvil (de momento), y además me encanta buscar inspiración sobre cartas, manualidades, diarios, etc. en esa red social… Todavía no he decidido nada definitivo, pero lo mejor es que, después de este mes, no tengo prisa ninguna.
Muchísimas gracias por pasarte y comentar. Un besazo.
Isi, gracias por compartir tu experiencia, yo sigo negándome a tener Twitter e Instagram, facebook y Tumbrl anónimo y ya creo que me consumen demasiado tiempo…viva la vida real y el uso racional de las redes. Espero poder volver a mandarte pronto postales. Un inmenso abrazo a esa personita que hace la vida más interesante
¡Marta! Sí, es verdad que nos consumen demasiado tiempo. Todas las redes tienen su lado bueno, por ejemplo, se me ocurren la cantidad de vídeos súper divertidos que he visto que la gente compartía durante el confinamiento, que los hacían en una app llamada Tik Tok (yo no la tengo). Pues está bien reírse de vez en cuando y ver chistes y charlar con la gente.
Pero claro, eso no se puede separar de la cantidad de información que tienes aunque no quieras, y que está diseñada para hacerte pasar el mayor tiempo posible allí.
En fin, que me ha venido muy bien la desconexión. Lo que está claro es que hay que aprender a convivir con las redes sociales sin que supongan un problema. Y mi nuevo objetivo en la vida es no descargarme ninguna más de las que ya tengo. Hay que poner coto de alguna manera.
Bueno, nos vemos en breve, ¿no? jeje 🙂 Un besazo
Hola Isiiiiiiiii. Primer post que leo tuyo después del reencuentro jejejej. A ver, el tema redes sociales y móvil es que me cabrean un montón. Las redes sociales, bien utilizadas, están genial, pero es que a veces son un campo de batalla. Ahora lo es sanitario y politico y a mí me aburre. Twitter no me gusta nada. Veo cosas que no me agradan. He visto cómo gente tira puyas a otra gente, cómo se pelean entre ellos, cómo se desprestigian y se atacan. Así que lo uso solo para publicar los post del blogs y poco más. Facebook es mi terreno. Ahí sí me gusta estar pero últimamente he tenido que bloquear a gente con todo esto del coronavirus. Hay personas que solo se dedican a desanimar al personal, otros que parecen que nacieron con el título de médico debajo del brazo, y otros que te atacan en el momento en el que dices algo de política. Pero bueno, es la red en la que me siento más cómoda. E Instagram me parece la más “happy”. Cada vez me gusta más. Pero vamos que, como has comprobado, estar pendiente de redes y del móvil nos quita un montón de tiempo. Me parece que tu experimento ha sido muy interesante y que te va a servir mucho para priorizar. En fin, que me alegra saludarte y espero que sigas publicando. Besos
¡¡¡Marisa!!! jejeje me alegro de que nos hayamos reencontrado 😀
Lo que comentas de Facebook es lo que me pasa a mí con Twitter, tanto que es la que más te engancha como la deriva que está tomando últimamente, que supongo que sea algo general en todas las redes.
También coincido contigo en lo de Instagram. A mí, personalmente, me encanta ver fotos de diarios, manualidades, y de naturaleza en general. Entonces me surge la duda de, si eso es lo que quiero ver, ¿debería dejar de seguir a las personas que son más “amigas”, pero que publican fotos personales, de sus niños, sus escapadas, etc. que realmente no me interesa ver, o quizás prefiriera ver en facebook? Es la duda que me surge.
En todo caso, es verdad que son herramientas que están muy bien, pero también están diseñadas para que pasemos el mayor tiempo posible en ellas. Viven de tu tiempo y de tu atención, y por eso todos pasamos más tiempo allí del que realmente queremos.
Por ahora voy a bloquearme durante la semana. Cuando acabe exámenes y volvamos a la nueva normalidad voy a hacer una gran limpieza a lo Marie Kondo de mis redes sociales, y luego a decidir cómo las quiero utilizar.
Y sí, el experimento de los 30 días ha sido muy interesante. Fíjate que, para empezar, me veía tan enganchada que no sabía si iba a poder aguantar. Con eso te lo digo todo.
Muchos besos y gracias por pasarte!!
¡Me ha encantado! Tanto tu iniciativa como que lo compartas, ¡muchas gracias! Cuando anunciaste que empezabas creí que te descolgabas de absolutamente todo y pensé, “imposible para mí”, pero ahora al leerte me estoy animando…En mi caso, lo que más tiempo “tonto” me roba es facebook, y digo tonto porque trasteo en la sección de noticias y casi nunca presto demasiada atención, pero sin embargo, ¡miro muy a menudo!
Ya te contaré qué tal me va… Eres una buena influencia, en parte gracias a ti estoy volviendo a la carga con la lectura y me siento mucho más feliz 🙂
Elena, queridísima mía:
Me alegro mucho de que te haya inspirado, y te animo a instalar alguna app (si usas el facebook en el móvil) o a instalar alguna extensión del navegador (si lo usas también en el ordenador) para ver cuánto tiempo real pasas en facebook. Yo me quedé alucinada cuando vi que pasaba tantas horas a la semana, y eso reforzó mi resolución a desconectarme 30 días.
Además, al ser un poco como un “reto”, me animé más, y quería demostrarme a mí misma que podía dejarlo jeje. Es que, a ver, todo el mundo dice que “yo no uso tanto el móvil”, “yo no veo tanto la tele”, etc., pero luego ves que la media son X horas al día y, mira, pues alguien será que se pase tantas horas, ¿no? El problema es que no nos damos cuenta.
Pues me ha servido para leer mucho, para avanzar con el tema de los estudios, y para que me surgieran nuevas ideas en torno al blog y otras cosas. No le veo puntos negativos, porque realmente no te pierdes nada importante: si necesitas contactar con alguien, siempre tienes el email, whatsapp o teléfono.
De hecho, creo que lo más difícil es volver y replantearte cómo quieres usar las redes sociales de ahora en adelante… Yo todavía no lo tengo claro y, de manera provisional, las bloqueo durante la semana y las desbloqueo el finde.
Bueno, pues ahora solo queda que te animes. Me cuentas, ehhh 😉 Y me alegro mucho de que estés leyendo más, yo también, y estoy encantada!! Muchos besos.
Pues sí, yo “no paso mucho tiempo en las redes” pero me doy cuenta de que las consulto muy a menudo, y eso se traduce en menor atención en lo que estoy haciendo en ese momento. Lo que estoy haciendo estos días es dejar el teléfono en otra habitación para así oir si tengo una llamada (que últimamente es raro, por culpa del whatsapp) pero no tener la tentación de consultarlo continuamente. Lo cierto es que estoy mucho más tranquila 🙂
Elena: ay sí, yo también he notado esa paz mental de la que hablas al no tener el móvil tan a mano todo el tiempo. Parece mentira, eh.
Y sí, yo también peco de usar más el whatsapp que el resto de opciones de comunicación. Nos hemos vuelto muy vagos…
¡Me ha gustado mucho !, tanto que cuando iniciaste tu desenganche en las RRSS decidí hacerlo a la par contigo y me sorprendí muchísimo de las horas que pasaba ojeando unas y otras. No estaba siendo consciente de las horas/ semanas que perdía , digo perdía porque tampoco es que me aportaran nada personalmente. Por lo que he decidido quitármelas del móvil y usarlas solo el fin de semana, si viene al caso. Otra cosa que debo hacer es quitarme de grupos de Whatshap, tengo varios de cada asignatura de la Uned y la mayoría son otra pérdida de tiempo más.
Un abrazo fuerte y ten actualizado tu blog literario que me encanta leerte.
¡Hola, Inma! Anda, no sabía que también te habías animado a probar a dejar las redes sociales. Yo sabía que pasaba mucho tiempo, pero cuando realmente me di cuenta fue cuando me descargué la aplicación del móvil para contabilizar las horas, y vi que pasaba 5 horas a la semana en redes sociales con el móvil… ¡¡y lo malo es que en el ordenador sabía que pasaba mucho más tiempo; pensaba que el móvil era algo “residual”!
Me alegro que haya sido una experiencia positiva para ti también. Es cierto que hay personas con las que quieres seguir en contacto, y las redes sociales ayudan, pero no se pierde uno nada por acceder solo los findes. Yo también he decidido usarlas los fines de semana, y fenomenal.
Y sí, los grupos de whastapp de la Uned… pues al principio piensas que te vas a perder algo si no estás, pero luego te das cuenta de que todo lo que realmente necesitas está en alf. Si necesitas algo extra, siempre estamos los compañeros “del Barrio” para ayudarnos 😉
Y me hace mucha ilusión que me digas lo del blog; disfruto mucho comentando lecturas, y al dejar las redes sociales de lado he “encontrado milagrosamente” tiempo para dedicarme un poco más al blog y actualizarlo con más regularidad. Me da mucha satisfacción, además.
Un abrazo muy fuerte y gracias por pasarte!!