Cuando no llegamos al final
24 Feb 2010 por Isi
De todos los lectores es sabido que, entre nuestros derechos, se encuentran “el derecho a no terminar un libro” y “el derecho a saltarnos páginas”. Pero ¿cuáles son las consecuencias de tales actos? Eso ya es otro tema.
Hace poco leía una reseña en otro blog (siento no acordarme de cuál) en el que se comentaba En lugar seguro. Digo se comentaba pero es que el lector apenas tenía nada que decir: había dejado el libro al principio porque no le estaba gustando. Así que decidió que tenía dotes de clarividencia y declaró que (no cito textualmente) “yo lo he dejado en la página X, pero ya se presupone que en la 200 habrá una infidelidad”. Nada más lejos de la realidad, le comenté, y se está perdiendo Ud. una novela magnífica. Aunque ya se sabe que para gustos, los colores.
Cuando leí Beatus Ille, se me hizo un poco cuesta arriba desde el principio, porque los sucesos están confusos, no se conoce al narrador y da la sensación de que no se entera uno de nada. Proseguí y llegué a un punto en el que el autor hace un giro brusco y entonces es cuando le coges el gusto a la trama, pasando de ser un libro que calificarías de “regular” a ser uno “muy bueno”. Si hubiera decidido a ejercer uno de los derechos mencionados arriba, me hubiera perdido una novela que, al final, me encantó.
También hay otros libros que te están gustando mucho, y luego con el final alcanzas el éxtasis literario (La nieta del señor Linh, Carlota Fainberg son algunos de los míos); o que suceda al contrario y te lleves una desilusión con el desenlace. Pero eso jamás lo sabrás si no lo terminas, ¿verdad?
Entonces quizás la solución no sea abandonar, sino posponer la lectura en la que nos hemos atascado. Porque, en el peor de los casos, por lo menos podremos opinar con conocimiento de causa y explicar lo que no nos gustó del libro y, en el mejor, habernos entretenido con una lectura que presuponíamos aburrida.
Sinceramente, yo tengo miedo a abandonar el libro por lo que me pueda estar perdieno; y pienso que ya de saltarse páginas, es mejor dejarlo porque no tiene sentido leer una historia a medias, pero siempre con la intención de retomarlo tarde o temprano. Y ya de “predecir” lo que va a pasar, mejor ni hablamos.
PD: no, no he leído Como una novela.
Imagen de aquí.
A veces sucede que un libro no está hecho para uno, porque con el tiempo he aprendido que uno lee sólo lee para evadirse y aprender y disfrutar. Por eso ya no tengo remordimientos en abandonar un libro, ni siquiera por saber que pasará al final. Los últimos que dejé fue El último judío y Rojo y negro.
Una vez terminé por pura cabezonería La colmena, pero nunca más.
Felicidades por esta entrada Isi. 😉
Saludos.
Alexandre: pues a mí sí me gustó El último judío! Bueno, si no sientes remordimientos es lo mejor, porque te ahorras un mal trago; yo siento remordimientos y además siempre me apetece saber qué pasa al final.
Mira que me encantó El Médico, pero con El último judío no pudo ser. Igual me pasó con Ken Follet, que me gustó mucho Los pilares de la tierra, pero ya no he podido leer más libros suyos.
Saludos.
Tengo pendiente Un mundo sin fin y me espero algo parecido a Los pilares, así que espero no decepcionarme 🙁