Lecturas obligatorias: La parálisis del jengibre
27 Feb 2011 por Isi
La parálisis del jengibre
¿Qué tiene que ver la parálisis del jengibre con la literatura? Sólo los que han leído Agua para elefantes (Sara Gruen) lo sabrán, pues uno de los personajes padecerá esta intoxicación. Tranquilos, que no es un personaje protagonista y no os adelanto nada del argumento. Este libro en concreto me venía de perlas para la sección por aquello de querer incluir temas veterinarios porque Jacob, el protagonista, es veterinario en un circo.
Bien; ambientémonos.
Estados Unidos, años 20: la Ley Seca. Debido a que está prohibida la compra/venta de alcohol en todo el país, la gente busca alternativas… Empezaron a utilizar algunos medicamentos que contenían alcohol como si fueran bebidas alcohólicas. Uno de estos medicamentos que podía comprarse en cualquier tienda era el Jamaica Ginger Jake; una especie de alcohol de jengibre. Pero las autoridades enseguida se dieron cuenta y cambiaron los requisitos para que esta bebida pasara los controles: tenían que tener un mínimo de extracto seco, que hacía que el medicamento no tuviera un sabor agradable.
Los contrabandistas, tan listos ellos, dieron con la solución ideal: añadieron Triortocresil fosfato (TOCP) para aumentar el extracto seco y, además, conseguir un sabor más parecido al original. El producto adulterado pasó los controles. La gente lo bebió. Y así, durante la prohibición, muchas personas se quedaron paralíticas.
El TOCP es un organofosforado; son compuestos que utilizamos como insecticidas. Provocan un Síndrome de Neuropatía Retardada (OPIDN) y su consecuencia es la parálisis, que se manifiesta entre 1 y 4 semanas después de la ingestión aguda -si te bebes la botella entera de Ginger Jake, por ejemplo-, pero en un tiempo indeterminado si la ingestión es crónica -digamos que cuando la botella te dura algo más-; entonces puedes beber sin que “te siente mal” en ese momento así que sigues bebiendo hasta que, después de ¿semanas, meses?, te quedas paralítico 🙁
Se produce una degeneración de los axones de las neuronas largas y, por ello, hay parálisis en las extremidades.
Se adjunta imagen como recordatorio para los “de letras” :
No hay un tratamiento específico; los enfermos solamente podían mejorar haciendo rehabilitación. He visto diferentes cifras, pero se piensa que entre 20.000 y 50.000 personas resultaron afectadas. Entre ellas, uno de nuestros personajes de Agua para elefantes.
Lo que más me sorprende de este tema es que el origen de la intoxicación no fue por un error o un accidente, como suelen ser estos casos de intoxicaciones masivas. Es decir, que añadieron el TOCP a la bebida conscientemente, aunque es de suponer que todavía no conocían sus efectos nocivos; y que no era un compuesto utilizado normalmente en la alimentación. Una vez más se produce una gran catástrofe por una pequeña estupidez.
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Me recuerda a la época en la que se descubrieron los rayos X y todo el mundo se hacía radiografías, sin saber los efectos secundarios. No sé si fue aquí donde se comentó, que incluso se hacían radiografías de los pies en las zapaterías para hacer zapatos a medida! Esa ignorancia justificaría también lo que comentas del Ginger Jake este, pero es una barbaridad la de gente a la que pudo afectar.
Y está muy bien eso de recordarnos a “los de letras” lo de los axones… Yo es que no llego hasta ahí ni aunque me lo “recuerdes”, jajaja.
Interesantísimo el post 🙂
saluditos
Lillu: has puesto un buen ejemplo de algo que se piensa que es inofensivo hasta que se descubre lo contrario. Aunque hay que pensar que, en este caso, el TOCP se añadía como adulterante (vamos, que era maliciosamente, jaja).
Lo de la neurona era para hacerlo más gráfico 😉 Así se desempolvan los dibujos de los libros del instituto.
Leo estas entradas con una atención que no veas, me encantan Isi! Un beso, es super interesante.
Jo, Vero, qué ilusión me hace que me digas eso, de verdad! Sinceramente: me ha llevado bastante trabajo sacar un tema de un libro que pueda estar relacionado con lo que estudio, y luego intentar explicarlo de forma rápida y sencilla, así que te imaginas lo mucho que agradezco tus palabras 😀 ¡Muchas gracias!
Te ha quedado una entrada muy interesante, curiosa e ilustrativa. Yo creo que jamás supe lo de los axones, jaja! Me encanta cómo te expresas, simplicando las cosas que seguro que son tremendamente complejas… Espero que tengamos muchas entradas similares, aunque entiendo que no podrán ser muy habituales, por la dificultad que entrañan, y que tú misma has mencionado…
Lo de que metan adulterantes a una sustancia me hace pensar en todos los añadidos que lleva el tabaco, de por sí bastante inocuo, pero claro, tampoco engancha.
¡¡Besines!!
Hola Isi, lo que contás me hace acordar a algo que pasó acá, en Argentina, allá por los ’90, cuando cientos de personas empezaron a la vez con graves síntomas de intoxicación. Con el correr de los días y ya después de algunos muertos, se descubrió que lo que todas las víctimas tenían en común era que estaban consumiendo un tónico de propóleo – de una marca cuyo nombre no recuerdo – que estaba contaminado o adulterado con dietilenglicol. Murieron más de 20 personas y varios cientos quedaron con secuelas permanentes. Me acuerdo del miedo hasta que se supo qué era lo que estaba pasando y de la aprensión que quedó contra el propóleo después. Esto, en realidad, había sido un sabotaje a la empresa.
¿Tiene algo que ver con lo que contaste o fue un divague mío?
Mejor espero tu comentario sobre Rosamunde Pilcher, que es una autora que me encanta – y sus libros ya no se consiguen acá –
Beso
Marcela
Aquí una “de letras” a la que el dibujín le ha venido genial. ¡ja,ja!
Muy ilustrativo este post y una pena las consecuencias de estos actos, pero como imagino que quieres decir en el último párrafo, cuando lo hicieron NO conocían sus efectos nocivos. Supongo que de saberlo no se hubieran arriesgado a hacerlo.
Oye debe ser complicadillo dar con lecturas que se adapten a esta sección ¿no?
Un besito y se agradece tu esfuerzo.
Lo que ha comentado Marcela, me recuerda a lo de la talidomida… Algo por el estilo viene siendo, no?
Lady: que sí, mujer, que los axones los viste en algún momento de tu paso por el cole, pero claro, para ti no era información relevante porque no te servía para lo tuyo (seguro que te quedaste con lo importante para tí, bien!).
Bueno, en los apuntes hay mucha más información sobre este síndrome, pero lo que quiero es algo ameno rápido para estas entradas, no soltar un rollo que no interese a nadie.
En cuanto a tu ejemplo, pues es lo mismo. Precisamente estudiábamos en toxicología el Cadmio, que es un componente de los cigarrillos y es muy tóxico (aunque en los cigarrillos habrá muy poco, digo yo). A mí también se me ocurría cuando escribía el post en los que cortan la cocaína (anda, que tengo la neurona puesta en cosas fuertecitas, eh!).
Marcela: Bienvenida al blog, lo primero 😀
El ejemplo que pones no es el mismo (porque es otro compuesto totalmente diferente), pero es otro ejemplo de intoxicaciones por errores tontos (o a veces intencionados). El etilenglicol provoca daños en riñón y corazón, coma, etc, y la muerte si es una intoxicación con una gran cantidad. Al final pagan justos por pecadores, una pena.
En cuanto al libro de Rosamunde Pilcher, mi edición es de la biblioteca y está viejísima, jajaja. El caso es que veo que aquí hay ediciones de bolsillo de varios libros de la autora y sí están disponibles. El libro me está gustando mucho (pero no llevo ni la mitad aún).
Booki: jaja me alegro de que os guste la neurona (es la mía, por cierto, jajaja). Hombre, digo yo que no se les había ocurrido que ese compuesto pudiera ser tóxico: simplemente lo utilizaron sin saber sus consecuencias, aunque la adulteración misma fue adrede, para otro propósito (el de pasar los controles y conseguir un sabor decente del licor).
Es difícil encontrar puntos coincidentes en la sección, sí, pero voy a tener una ayuda de lujo: mi profe de toxicología 😉 Se lo comenté y ya me ha propuesto algunos libros más, jeje.
Muchas gracias!!
Lady: pues sí, eso fue otro error. La talidomida se usaba en embarazadas para prevenir los dolores asociados al embarazo, y al final los niños nacían con deformidades; fue otra catástrofe. Claro: no había efectos secundarios en la mujer embarazada, pero sí en el feto.
Pero ahora es un fármaco que tiene mucha utilidad contra el cáncer y la lepra; no creas!!
Qué curioso lo de la talidomida! Sobre el tabaco, no veas lo que me alegro de haber dejado de fumar 😉 Cadmio, benceno… y a saber qué más!! Y sí, no había caído en las sustancias que utilizan para cortar la coca. Parecemos yonkis, jajajaja!
Lady: jajaja no sabía que habías sido fumadora. Me alegro de que lo hayas conseguido dejar, y no solo por los “aditivos” de los cigarros. Yo la verdad es que nunca he fumado y hace ya tiempo que no bebo nada de alcohol. Ahora sí: de dulces me pongo hasta arriba!! jajaja
Qué interesante, Isi!! A mi también me encantan estas entradas, son muy interesantes! Aquí un ejemplo también de cómo una prohibición un tanto polémica (que al final tuvieron que derogar), puede llevar a la desesperación, y de la desesperación al desastre. Se puede decir que en estos casos tanta culpa tiene quien adultera el producto, como quien lo consume, pero también quien lo prohíbe. Al menos ese es mi punto de vista.
Besos guapa!!!
Muchas gracias, Pi, me alegra mucho que me lo digas!
Pues sí, me parece una tontería prohibir el alcohol: yo creo que luego se bebía todavía más, pero claro; se consumían estos productos que no son nada buenos. Está claro que esa ley fue todo un despropósito, pero que sólo algunos sufrieron graves consecuencias…
Un besote!
Mira que leí el libro pero no me acordaba de la parálisis…
Muy clarita tu explicación. 🙂
La hier: te lo recuerdo
¡¡¡Aviso de SPOILER!!!
Fue Camel, que bebía mucho mientras jugaba a las cartas, y tuvieron que esconderle Jacob y el enano en su vagón del tren porque, si veían que estaba paralítico, le darían “luz roja”. ¿Te aceurdas? Aunque al final le echaron igualemnte…
¡¡¡FIN DEL SPOILER!!!
Gracias por leer y comentar 😀
Es verdad…………. ¡no recordaba ese detalle!
¡Gracias guapa! 🙂
Quizá eres benevolente al atribuir esa catástrofe a una estupidez. Hemos conocido otras y más bien creo que es la codicia y la ausencia absoluta de ética la que, tratando de aprovecharse de la gente a costa de lo que fuera, ha ocasionado grandes daños a muchos seres humanos. Una codicia que no cesa… Saludos cordiales.
Muy buena la explicación y también la relación entre el libro y lo que estudias en clase.
Durante la ley seca la gente obtenía alcohol por los medios más extraños. Y en cuanto a lo de los rayos x, los médicos son muy conscientes ahora de que no conviene abusar, pues aunque sea en pequeña cantidad, son radiaciones que recibe el cuerpo.
Todo un acierto esta nueva sección 😀
La hier: de nada! Así te acordarás mejor 😉
Isabel: Bienvenida al blog!
Bueno, en este caso creo que no se conocían los efectos: nadie quiso causar ese daño a la gente, creo yo. Pero sí, tratan de engañar a las personas con millones de cosas, no lo discuto, y todo por codicia.
Lammermoor: gracias, de verdad!
En el libro se cuenta cómo escondían alcohol que compraban en Canadá, y lo metían en los vagones de las fieras para que no entraran los inspectores 😉 Y claro, el producto nacional era el Ginger Jake, que mira lo que hizo 🙁
Me ha gustado el ejemplo de los Rayos X: se usaban sin saber los efectos a largo plazo (obvio, porque se acababa de empezar a utilizar).
Yo también leí ese libro el año pasado o hace dos y me encantó pero tampoco recordaba lo de la parálisis.
La de cosas que ahora no sabemos sus efectos y nos vendrán en el futuro. No creo que sean solo cosas de otros tiempos.
Saludos.
Tabuyo: es verdad, no es cosa sólo del pasado, aunque ahora se investigan muchas más cosas, gracias a dios! Leíste el comentario de resputesta a la hierba roja, para acordarte de lo de la parálisis, verdad? 😉
¡Qué de cosas aprendo con estas entradas! Se nota que le dedicas su tiempo. Muchas gracias, guapa 😉
¿Te puedes creer que siendo de ciencias ya no me acordaba de las dendritas y los axones? Así que se agradece el dibujito.
Espero impaciente la próxima. Un besote.
No sé si alguien lo ha comentado antes, pero me ha recordado a un caso muy reciente de intoxicación que hubo en Rusia, donde la gente se bebía un detergente como sustituto barato del alcohol.
En este caso, el problema eran los consumidores que no tenían en cuenta unas consecuencias bastante obvias, porque ¿a alguien se le ocurre beberse el jabón?
Cuando yo era jovenzuela me contaron que no sé quién se bebía el alcohol 96º por una apuesta, o porque era idiota (que para el caso, es lo mismo), aunque no sé si eso es posible. No que sea tan estúpido, sino que no hubiera que llevarle a urgencias.
Luisa: jajaja me alegro de que os sirviera la foto de mi neurona!! 😀
Sí le dedico algo de tiempo, sí; por eso habrá que esperar un poco más para la próxima entrega!!
Loque: ayyy que me parto con lo de la apuesta!! pues sí, hay que ser idiota, pero espero que sea la típica “leyenda urbana” y no pase de ahí (aunque lo dudo, según cómo está el personal!).
Lo de Rusia, la verdad que ni idea: siempre se oye que beben cualquier cosa para entrar en calor, y pienso yo que ¿nunca se les ha ocurrido probar con café calentito? 😉
Isi:
pero que interesante esto que nos cuentas. Lo más triste es que probablemente en aquella ocasión no sabían los efectos de lo que daban a beber…hoy ¿cuántos medicamentos producen daño y ahí están a la venta porque los laboratorios no tienen ética? (aquí en méxico venden muchos “productos milagrosos” prohibidos en otros países porque se sabe son cancerígenos, etc y ahí están a la venta).
Un beso,
Ale
Me encanta esta sección tuya, Isi. Adoro descubrir este tipo de cosas y en tus dos entregas me has sorprendido mucho. Estaba claro que con tal de embriagarse, la gente hacía lo que fuera en esta época. Pero desconocía que bebieran eso y las consecuencias. Las cifras de afectados son impresionantes.
¡Un abrazo!
Aquí pasó algo parecido con el aceite de la colza, ¿no? No conozco bien el caso, pero creo que se trató de un aceite adulterado, también. Y que afectó a los más pobres -porque los ricos usaban aceite del bueno, como me imagino que harían los ricos del USA de los años ’20, que beberían alcohol del bueno-.
Tampoco sé si hay algún libro que ficcione aquella historia. Habrá que avisar a Javier Cercas 😉
Jo menudo vicio que hubo con la prohibición, al final hubiera sido mejor que no hubiesen impuesto la ley seca, a la larga se vio que era más perjudicial que el hecho de que la gente se tomase sus copas con normalidad, si es que no hay nada peor que las prohibiciones. Aunque me parece increíble que la gente se tomara cualquier porquería así como así. Lo que contáis de las radiografías lo vi o leí en algún lugar y aluciné, pero lo que me pareció más increíble es que no contentos con hacerse radiografías a diestro y siniestro, vendían agua con radiaciones o expuestas a raciaciones nucleares, ahora no me acuerdo, je je, la cuestión es que esa agua cargada de radiación la vendían carísima a los ricos y estos la bebían, claro, produciéndose quemaduras internas de aúpa. Yo si hay algo nuevo que no ha sido muy testado ya, no lo quiero, por si acaso 🙂 Un beso
Sí, leí la aclaración del libro de Agua para elefantes y… me sigo sin acordar ¡¡Qué cabeza la mía!!! ggg. Pero gracias de todas formas.
Besos.xD
Ale: eso que cuentas de los medicamentos milagrosos es una pena, y más pena es que la gente se lo crea. Porque hay cosas que se venden como que “hacen algo” y en realidad no hacen nada (ni bueno ni malo) y la gente lo compra pensando que los milagros existen (estoy pensando en la pulserita esa que hace que tu vida cambie y que seas más fuerte y eso), pero por lo menos no producen nada malo… En fin, un tema para hablar largo y tendido.
Carol (guarida): me alegro de que te guste. Estas curiosidades siempre se te quedan luego grabadas, verdad? jeje.
Bueno, y encima supongo que la gente “de a pie” se pensaría que el problema lo tenía el jengibre, no el compuesto con el que lo adulteraban. En fin, menuda catástrofe, pobre gente. Además tenían que tener mucho mono de alcohol, porque estos productos, al principio tenían un 70-80% (a ver quién se bebe eso!!).
Zeberio: Pues sí, es algo parecido. Creo que el aceite de colza se usa en la industria y para los automóviles. Tiene un compuesto tóxico que intentaron extraer, pero en el proceso de extracción se generaban otros compuestos también tóxicos que causaron la muerte a las personas que lo consumían.
Nada, que hay que ser burro.
Evidentemente, esto sólo era cosa de la gente de clase pobre, como tú has dicho 🙁
Carol (10:15): pues es verdad, al final es peor el remedio que la enfermedad y la prohibición no sirvió de nada. Al final es como las drogas de ahora: el que las quiere consumir, las va a consumir, y el que las quiera más baratas, supongo que consumirá cosas bastante adulteradas…
A ver si encuentro en algún libro cosas de radiografías y compuestos radioactivos (que ya tengo un tema jijiji).
Al final, mejor no pasar de las aspirinas 😀
Tabuyo: bueno, entonces es que lo habrás leído hace tiempo, no?? Nada, ahora cuando salga la película con el actor de Crepúsculo, seguro que sale el personaje este 😉
Genial la seción. Nos vas a hacer muy sabias. Jamás hubiera adivinado, que se hicieron sustitutos para humedecer las gargantas, y que paralizaban el cuerpo!!!!
Abrazos
Icíar: es que creo que a pequeñas dosis, a uno se le quedan grabadas estas anécdotas, verdad? En fin, mejor beber agua que estos “medicamentos”, por lo menos no vas a quedar peor de lo que estabas!
Un post más y una cosa más que aprendo. Curioso, prohíben el alcohol por sus consecuencias y lo que acaba bebiendo la gente tiene consecuencias peores. Supongo que es lo que tiene cuando la medicina no estaba tan avanzada como hoy en día.
Mmmmm… ¡Me encanta la sección! La explicación me ha gustado muchísimo y, de hecho, me recuerda una entrada que tengo pendiente y especialmente dedicada a Lammermoor. A ver si me pongo a ella, que estoy encima sin ordenador y no hay manera. 🙂
Un besote.
Me ha parecido una entrada superinteresante. Madre mía, la cantidad de sustancias nocivas que se han consumido/se consumen!! En la novela que estoy leyendo ahora, consumen láudano y opio como si tal cosa.
Enhorabuena Isi, cada día me gusta más esta sección.
Elwen: desde luego, fue peor el remedio que la enfermedad. Afortunadamente hoy se pasan más controles de sanidad, sí! Me alegro de que te haya gustado 😉
Homo libris: espero que esa entrada dedicada a Lammermoor no tenga nada que ver con el alcohol ilegal 😀 ¿Tú sin ordenador? ¿Pero no es una parte de ti, cómo es posible?? jajaja
Gracias, me alegro de que te guste la sección!!
Marta: muchas gracias a ti también, de verdad que me encanta que le hayáis cogido gusto a esta sección. Ahora me siento presionada a traer noticias cada vez más interesantes, jajaja.
Eso de consumir algo sin saber lo que te va a pasar… pufff, qué fuerte, aunque también había que tener narices para beberse un medicamento que tenía al principio un 70% de alcohol: yo creo que preferiría beber agua!!
Mmm súper interesate esta sección =) Me gustaa!! Besos
Muchas gracias, M. Me alegra mucho de que os haya gustado!!
Intentaré traer más cosas interesantes (aunque es difícil relacionarlas con algún libro… jaja)
Qué va, qué va… ni es del alcohol ilegal ni el ordenador es parte de mí, jejeje. ¡Ay, si yo os contara! ¡Soy un verdadero descreído tecnológico!
Homo libris: no me lo puedo creer!! jajaja. Yo te imagino pegado al portátil (o el portátil a ti, vamos) 😀
Muchas gracias por pasarme el enlace, Isi, la verdad es que es una entrada muy interesante y ahora que tengo el libro fresco me ha gustado saber más de esto que ocurrió.
Natalia: me alegro de que te interesara la información. La verdad es que a mí estas cosas me intrigan muchísimo y, si tienen relación con algún libro, van de cabeza a esta sección 😉
mmmm lo de las radiografías se me antoja algo exagerado…una radiografía equivale a 5 días de radiación natural…tomando en cuenta que nuestra exposición a la radiación es mayor que en las épocas de la radiografía, no es un dato de peligro, hoy en día morimos de cánceres producto de radiaciones realmente masivas, no precisamente por hacer radiografías… necesitaríamos exponernos miles de veces antes de estar en riesgo por la radiación 😀