Tercera parte de Trafalgar (capítulos XIII – XVII)
29 Oct 2012 por Isi
Ya hemos llegado al final del camino de esta lectura conjunta…
Recuerdo a los lectores que caigan por aquí que estamos comentando el libro Trafalgar, de Benito Pérez Galdós, y que, en este post ya estamos en los capítulos finales así que, si no quieren conocer el desenlace de la historia porque aún no la han leído, no deben seguir leyendo esta entrada.
Tras el hundimiento del Trinidad, todo un símbolo de nuestra otrora superioridad naval, Gabrielillo recapacita sobre lo ocurrido; sobre el sinsentido de la guerra:
“…Yo estoy seguro de que esto no puede durar; apuesto doble contra sencillo a que dentro de poco los hombres de unas y otras islas se han de convencer de que hacen un gran disparate armando tan terribles guerras, y llegará un día en que se abrazarán, conviniendo todos en no formar más que una sola familia.”
Así pensaba yo. Después de esto he vivido setenta años, y no he visto llegar ese día.
Y al día siguiente, tras saber de boca de otros prisioneros el alcance de la derrota, sucede lo imposible: los buques españoles supervivientes, alentados por los refuerzos salidos de Cádiz, plantan cara a los ingleses de nuevo, y así el Santa Ana es liberado junto con nuestros queridos personajes, aunque en muy malas condiciones; tantas que la tripulación debe ser trasladada de nuevo… y aquí ocurre lo inesperado: Mediohombre, Marcial, que tantas batallas tiene en su haber, fallece en el buque, asistido por Gabrielillo. He aquí una de las partes que menos me gustó del libro, y es que no se nos explica cómo llega Gabriel sano y salvo a la playa. Un poco cogido con pinzas ese salvamiento milagroso.
Y bien, ya a salvo en tierras españolas, nos volvemos a encontrar al farolero de Malespina (padre). Qué personaje, ¡incluso con la vida de su hijo es capaz de inventarse historias! Menos mal que el chico no ha tomado ese mal ejemplo y estamos casi seguros de que la Amita estará bien casada, pues el chico, para regocijo y también desesperación de Gabriel, ha sobrevivido a la batalla de Trafalgar.
Yo no me esperaba esta repentina salvación, para ser totalmente sincera. Creía que tendrían que negociar alguna suerte de intercambio con el gobierno inglés para poder regresar a la patria, pero claro, la historia es la historia, y si algunas embarcaciones fueron rescatadas de los ingleses, me alegra que nuestros personajes lo vivieran en primera persona.
Qué sorpresa me llevé también cuando Gabriel, en la última página, decide que su destino no estará junto a la familia Gutiérrez de Cisniega nunca más. Nos esperan muchísimas aventuras, sospecho, en los demás volúmenes.
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Si alguien quiere comentar las partes anteriores, aquí están:
- Primera parte (capítulos I – VII)
- Segunda parte (capítulos VIII – XII)
Muchas gracias por el recordatorio. Ha sido muy agradable.
José Daniel: qué madrugador 😀 Bueno, así cuando te puedas unir ya tienes los anteriores libros frescos, jeje.
Me ha gustado mucho el párrafo que has elegido del principio.
Pues sí, yo hubo un momento que me relajé y me dije, ¡no pasa nada!¡esto va a ser como Cándido de Voltaire! Que van muriendo y luego te cuentan una historia por la que te explica cómo puede ser que donde dije digo Diego, jeje, y me hacen aparecer a mediohombre. Pero no, no pudo ser.
El final también está de maravilla, porque ya e anticipa las próximas aventuras (encima, Isi, había oído por ahí, que este episodio de Trafalgar, es el que menos ha gustado a muchos de los que han leído todos, y nos ha gustado, ¿cómo serán el resto?)
Icíar: pues yo también he leído eso, jaja, así que creo que los próximos los vamos a disfrutar muchísimio también.
Y no, Marcial quedó en el fondo del mar, junto a los restos de los grandes barcos de nuestra armada, de guardián custodio 😉
Jajajaja, visto así, no puede estar en mejor sitio.
¿Tienes pensamiento de seguir organizando lectiras conjuntas de estos episodios nacionales, o nos das “la suelta”?
(Es que si lo tienes en mente, yo prefiero ir esperándote)
Icíar: sí, habíamos pensado leer dos al año. O sea, que el siguiente sería ya entre entero-junio de 2013 (seguramente lo empecemos a organizar en febrero). ¿Te animas? 😀
Ya hemos llegado al final, ¡qué rápido!
Me quedo con la cita que nos trae Isi de la reflexión de Gabriel sobre el sinsentido de la guerra, yo también tomé buena nota porque me parecía un estupendo final al pensamiento que inicia el personaje antes de la batalla sobre el patriotismo. Ahora, cuando todo ha terminado y Gabriel ve a ingleses y españoles confraternizando, movidos por la misma caridad y humanidad ante los heridos, los muertos, los peligros de los barcos a punto de hundirse, piensa ¿para qué son las guerras? Si todos los hombres somos hermanos. Y piensa que los hombres poderosos son malos, siempre quieren más poder y más tierra y engañan a los pobres infelices que van a pelear. Y para que el engaño sea completo, les empujan a odiar a otros pueblos y naciones, fomentan la envidia y la discordia.
Luego sigo con un par de cosillas más.
Pues claro que me animo. Cuenta conmigo. Es más, me voy a hacer vaga en esto, y me voy a esperar a cuando hagas sonar el silbato, de ¡Ala, que nos toca! y así no tengo excusas, y podré echarte la culpa, jeje. ¡tengo que leerlo, es que toca!
Sí que te esperan aventuras y desventuras en los siguientes libros. Y un recorrido por toda la geografía española el que te vas a hacer. Te queda aún sufrir mucho por Gabrielillo…
Besotes!!!
Pues tenéis razón, si este era el episodio más “flojillo” y a nosotros nos ha gustado… A mí también me haría ilu seguir leyendo alguno más todos juntos, para poder comentar.
A ver, más cositas que me he dejado en el tintero:
¿No os parece una narración sublime la muerte del héroe (Churruca)? Galdós es cinematográfico, consigue crear una atmófera y un momento único, triste, magnífico, de héroe total.
Ostras Isi, sí que sufrí con Marcial, sí. Hasta el final pensaba que se salvaría. A ver, sabíamos que Gabriel sobrevivía porque es nuestro narrador pero con Marcial no estaba claro. Era un personaje que me gustaba mucho y me hubiese gustado que se salvara, pero nada…
Otro tema que toca Galdós (y de actualidad!) es la crítica que hace al gobierno: dice que los oficiales llevaba meses sin cobrar y que si te quedabas tullido por la guerra no recibías pensión ni nada de nada. Todo el dinero se queda para pagar a los de la Corte y “El príncipe de la paz”, él solito, ya cobra 40.000 duros ¿os suena este tema? El dinero se lo quedan los políticos y los burócratas mientras los pobres que se juegan la vida lo hacen por nada y si encima quedan tullidos, ahí se quedan. Uno de los motivos del desastre de la Armada también es la falta de dinero para equiparla debidamente. Parece que sufrío “recortes”, no?
En fin, una novela genial porque Galdós narra como nadie, todo un maestro. El final es toda una declaración de intenciones: si queréis saber más sobre Gabriel, pues seguid leyendo el siguiente libro!!
Pues sí, Mónica, es superactual todo el libro. Es totalmente cierto eso de que la historia se repite, y es que es así punto por punto…
Fíjate que antes, sin tanta información, seguramente las gentes no sabían lo que pasaba en el pueblo de al lado, y yo creo que Pérez Galdós intentó ofrecerles una crónica de cómo fueron las cosas en el pasado y de su similitud con las historias que sucedían en esos momentos en España (lo cual es válido también para nuestros días, claro).
Pobre Marcial, sí 🙁 Yo también pensé que se iba a salvar, porque teniendo ya medio cuerpo de madera y siendo como era, no sé, le vi con posibilidades, jejeje.
En cuanto a la narración de las muertes de los generales (tanto de los ingleses como de los nuestros), todas me gustaron mucho: lo hace genial, y es verdad que tiene algo de cinematográfico.
Margari: jejeje tengo ganas, la verdad es que nos ha gustado mucho y creo que los demás también van a encantarnos.
Icíar: jejeje pues ya te apunto de antemano 😉
Sí, me gusta mucho que Galdós tenga una visión crítica del poder, que les meta caña, que se ponga del lado de los que pagaban con sangre las declaraciones de guerra de los poderosos, los pringaos, vamos. Es que alguien tenía que darle voz a los muertos, porque seguro que las crónicas de la época y los historiadores en general, de esas cosas ni hablaban.
Leyendo todos los comentarios, creo que todos hemos disfrutado un montón de esta lectura. Seguro que repetimos. Y eso que faltan los comentarios de Loque, a ver si se recupera y viene a decirnos cositas de su Galdós. Al fin y al cabo, la culpable de hacernos leer “Trafalgar” es ella…
Mónica: se la echa de menos, sí 😀
Si este nos ha gustado, iremos ya sobre seguro con el resto, jejeje. Por cierto, que mi padre tenía la colección del Club internacional de libro incompleta, y en la feria del libro antiguo se ha comprado los que le faltaban en una edición más moderna de El mundo 😀 Así que I’m ready.
Esta es la parte más dura, pero también la más interesante, nos hemos salido de las actitudes pícaras, de las ganas de aventura y finalmente nos enfrentamos con la realidad.
Hay una gran cantidad de entradas que reflejan perfectamente lo que tiene que sentir una persona cuando en medio de una batalla se enfrenta al miedo, la pérdida y la falta de esperanza:
“¿Qué cerebro que no fuera el de un idiota podía permanecer en calma?”
“¿Para que son las guerras, Dios mío?”
Gabrielillo despierta a la realidad de la estupidez que supone una guerra.
Un poco de humor al final con las chacharas de José Mª Malaespina sobre los barcos y el vapor.
Me pareció un ejemplo magnífico de aquellos que consideraban a Julio Verne solo un escritor muy imaginativo de novelillas de ciencia ficción y con el tiempo han tenido que admitir que quizás fuera un visionario.
La crudeza de el instinto de conservación cuando los sentimientos y la caridad desaparecen.
He disfrutado muchísimo de esta lectura que hacía tanto tiempo me esperaba y además he aprendido mucho de los comentarios de los demás.
Un saludo.
Mariuca: sí que ha sido un final más serio, aunque igual de bien narrado que el principio. Mira que tenía ganas Gabriel de ir a la guerra, con lo emocionado que estaba al principio y lo maduro que vuelve a la costa.
Me ha encantado cómo has relacionado a Malespina con Julio Verne 😀 Si es solo avanza la humanidad cuando se deja volar la imaginación!!
Mariuca: Yo también me acordé de Julio Verne con las locuras de Malaspina!! Me pareció muy gracioso que pensase en las máquinas de vapor, pero como el personaje era tan fantasmón y locuelo, se le quita credibilidad, se le deja por loco.
Tremenda la visión de Galdós a la hora de enfocar la batalla y las reflexiones crudas y espantosas sobre la guerra. Es fantástico ver cómo este autor es capaz de trasmitirnos la grandeza del hombre, la heroicidad, la compasión, en una batalla pero a la vez consciente en todo momento del horror que supone. Un pacifista con una pluma grandiosa, sin duda.
Bueno, aquí sí puedo. Me sorprendió muchísimo ver que lo de que no llegue el dinero a donde tiene que llegar viene de largo. Que se quedaba en la corte, y el ejército apenas tenía dotación.
Por lo demás, el final me gustó mucho, muy emotivo, aunque me pasa como a ti, que Malespina padre me ponía de los nervios, mintiendo sobre la muerte de su hijo.
Sobre Gabriel hay unos cuantos libros más 😉
¡Besos!
Me ha gustado mucho este libro tan supuestamente flojo.
Qué gran verdad todo lo que comentais del dinero que no llega para pagar sueldos y sí para según qué gastos.
Y qué triste ls muerte de Marcial
En fin que estoy repitiendo vuestros comentarios y que me apunto a muchss más lectuas episódicas
Aunque sea la última en comentar no me he pasado mucho del plazo para terminar el libro ¿eh?, bueno, pues acabo de terminarlo y me ha gustado mucho. me ha dejado planchada la muerte de medio hombre, qué pena me ha dado y que mal me ha caido el sr Malespina, qué fanfarrón, que idiota!!! aunque me he sonreido cuando he visto que años después se hizo un barco con sus ideas, jejeje.
Eva: todos sentimos la muerte de Marcial, yo creía que ese hombre era indestructible!!! Y Malespina padre, ¡qué tío!